domingo, 12 de abril de 2009

Capítulo 1

Es la primera traducción que hago,disculpen si ven algún error :P



Pensé que mi día no podría empeorar hasta que mi mejor amiga me dijo que podría volverse loca. Otra vez.
- Yo .. ¿Qué dijiste?-Yo estaba de pie en el pasillo de su habitación, agachándome sobre mis botas y ajustándolas. Levante mi cabeza, observé sus pensamientos a través de la confusión de cabello negro que cubre mi cara. Yo me había quedado dormida después de la escuela, y pasaba apresuradamente el cepillo por mi pelo para conseguir salir a tiempo. El pelo rubio platino de Lissa era liso y suave, por supuesto, suspendido sobre sus hombros como un velo de boda mientras yo miraba con diversión.
- He dicho que creo que mis pastillas ya no serán eficaces.- Me agite y saque el pelo de mi cara. - ¿Qué significa eso?-, le pregunté.A nuestro alrededor, los Morois pasaron a toda prisa, mientras se reunían con sus amigos para ir a cenar. -Empezaste...- Baje mi voz. - Empezaste a tener tus poderes de nuevo? -Ella sacudió la cabeza, y vi un destello de arrepentimiento sus ojos. -No. .. Me siento más cerca de la magia, pero aún no puedo utilizarla. Lo que he notado es principalmente más que otra cosa, ya sabes... Estoy cada vez más deprimida de vez en cuándo. Para nada cercano a lo que solía estar-, añadió apresuradamente, al ver mi cara. Tome sus pastillas antes de ella, el estado de ánimo de Lissa podría ser tan malo que se cortó. -Sólo un poco más de lo que fue.--¿Qué pasa con las otras cosas que solías sentir? La ansiedad? Pensamientos ilusorios?- Lissa reía, sin tener nada tan grave como lo que hago. - Suenas como si hubiera leído los libros de psicoanálisis -. En realidad yo los había leído. - Estoy preocupada por ti. Si piensas que las pastillas no están haciendo efecto, tenemos que contárselo a alguien -. -No, no.- Dijo rápidamente. -Estoy bien, de verdad. Todavía están haciendo efecto... sólo que no tan bien. No creo que deberíamos empezar a tener pánico todavía. Especialmente hoy por lo menos. - El cambio de tema funciono. Descubrí a una hora que hoy iría a hacer mi test calificativo . Se trataba de un examen o mejor, una entrevista que todos los guardianes novatos tenían que pasar en la Academia de San Vladimir. Ya que yo estaba escondida con Lissa el año pasado, había perdido el mío. Hoy iba a ser llevada a algún lugar con un guardián fuera del campus donde yo haría la prueba. Gracias por la advertencia, las personas. - No te preocupes por mí -, dijo Lissa sonriendo. - Voy a hablar contigo si empeora.-
- Muy bien-, le digo a regañadientes. Sólo para estar segura, abrir mis sentidos y me dejó sentir lo que realmente sentía a través de de nuestra conexión. Estaba diciendo la verdad. Ella estaba tranquila y feliz esta mañana, nada de que preocuparse. Pero en el fondo de su mente, sentí un punto negro, los sentimientos incómodos. No la estaba consumiendo ni nada, pero tenía el mismo sentimiento de duda de la depresión y la ira que solían tener. Era sólo un poco, pero no me gustaron. Yo no quería eso allí. Intente entrar todavía más en su mente para poder sentir mejor sus emociones y de repente tuve la extraña experiencia. Tome más de la mitad de un sentimiento horrible, y me salí de su cabeza. Un pequeño escalofrío llegado mi cuerpo. - ¿Estás bien?- Preguntó Lissa frunciendo la frente. - Te ves enferma de repente.-- Sólo ... nerviosismo por la prueba "le miento. Vacilante, llegué a nuestra conexión de nuevo. La oscuridad había desaparecido completamente. Sin trazos. Tal vez no tiene nada de malo las píldoras ella después de todo. -Estoy bien-. Señaló que el reloj. -No vas a estar si no corres". "Mierda," insulte. Ella tenía razón. Le di un rápido abrazo. -Hasta luego! - -¡Buena suerte!- Ella gritó.
Corrí a través de la escuela y me reuní con mi mentor, Dimitri Belikov, estaba esperando al lado de un Honda. Qué aburrido. Supongo que yo no podía esperar que pudiéramos conducir por carreteras de montaña de Montana en un Porsche, pero sería bueno ir en algo más fresco. -Yo sé, yo sé-, le dije, al ver su cara. - Siento llegar muy tarde-. Entonces recordé que tenía una de las pruebas más importantes de mi vida, y de repente, se me olvidó por completo Lissa y pastillas que pueden que no hicieran efecto. Quería protegerla, pero eso no significa mucho si no conseguía pasar la escuela y convertirse en una verdadera guardiana. Dimitri estaba ahí, hermoso como siempre. El masivo edificio de ladrillo echó largas sombras sobre nosotros, asomando como alguna gran bestia en la luz oscura de antes del amanecer. A nuestro alrededor, la nieve comenzaba a caer. Vi la luz, copos cristalinos caían suavemente. Algunos aterrizaban y se fundían en su cabello oscuro.
-¿Quién más viene?-, Le pregunté. Él se encogió de hombros. -Sólo tú y yo-. De repente cambió mi estado de ánimo de "feliz" a "emocionado". Yo y Dimitri. Solos. En un coche. Esto muy bien puede valer una prueba sorpresa.
-¿Esta muy lejos?- En silencio, suplicó durante un viaje que fue bien cumplido. Tipo, una que tardase una semana. Y por eso nos obligue a permanecer en hoteles de lujo. Tal vez tropezamos con un banco de nieve, y sólo nos mantuviese vivos el calor de nuestros cuerpos.
- Cinco horas.-
-Oh- Un poco menos de lo que esperaba. Pero sí, 5 horas era mejor que nada. I tampoco eliminaba la posibilidad de un banco de nieve. La carretera oscura y llena de nieve habría sido difíciles para la conducción de un humano, pero no se mostró como un problema para los ojos de un dhampir. Miré hacia adelante, tratando de no pensar en la barba Dimitri llenado el coche con un limpia, fuerte olor que me hacia querer derretirme. En lugar de ello, traté centrarme en la prueba de nuevo. Es el tipo de prueba no se podía estudiar. O pasabas o no. Guardianes de alto nivel visitaban a los novatos y los evaluaban individualmente para discutir su compromiso para ser guardianes. No sabía exactamente lo que se pedía, pero según los rumores se habían acumulado a lo largo de los años, los guardianes mayores evaluaban el carácter y dedicación, y algunos novatos se habían considerado inapropiados para continuar el camino de los guardianes. -Ellos no suelen venir a la Academia?- Le pedí a Dimitri. -Quiero decir, estoy a favor del viaje pero porque nosotros estamos yendo hasta ellos?-
-En realidad, vas a él, no ellos-. Un suave acento ruso salió de las palabras de Dimitri, la única indicación de donde había crecido. De lo contrario, yo estaba segura de que hablan Inglés mejor que yo. -Dado que este es un caso especial y que nos está haciendo un favor, nosotros estamos haciendo viaje -.
-¿Quién es?-
-Arthur Schoenberg-. Saque mis ojos de la carretera y mire a Dimitri.
-¿Qué?- Grite.
Arthur Schoenberg era una leyenda. Fue uno de los grandes cazadores en la historia de Strigoi guardianes de la vida y que solía ser la cabeza del Consejo de Guardianes - el grupo de personas que designaban los guardianes para los Moroi tomaban las decisiones por todos nosotros. Él finalmente se retiró y regresó a proteger una de las familias reales, la Badicas. Incluso jubilado, yo sabía que todavía era letal. Sus hazañas fueron parte de mi plan de estudios.
-¿No… no disponen de ninguna otra persona?- Me preguntó en voz baja. Pude ver como Dimitri sonreía.
- Estarás bien. Por otra parte, si el te aprueba, será una gran recomendación para dejar en su historia ". Dimitri usaba el primer nombre de uno de los guardines más increíbles. Por supuesto, Dimitri también fue increíble, así que no debería de estar sorprendida.
El silencio cayó sobre el coche. Me muerdo los labios, de repente me pregunto si podría entrar en los patrones de Arthur Schoenberg. Mis notas eran buenas, pero cosas como escapar y meterme en peleas podría empezar a dudar acerca de cómo seria en mi futura carrera. - Estarás bien-, dijo Dimitri. –Lo bueno de su historia sobrepasa todo lo malo.- Era como si a veces pudiera leer mi mente. Sonreí un poco y lo mire a escondidas. Fue un error. Tenía un cuerpo largo y delgado, incluso sentado era obvio. Ojos abismalmente negros. Cabello marron a la altura del hombro atado detrás del cuello. Parecía que el pelo fuera de seda. Yo sabía porque había pasado mis dedos en él cuando Víctor Dashkov puso en marcha el hechizo de la lujuria. Con grandes dificultades, me obligó a mí misma a comenzar a respirar de nuevo y mirar lejos.
- Gracias, entrenador.-Lo provoque, enclavándome en mi asiento. - Estoy aquí para ayudar-, respondió. Su voz se relajo - inusual en él. Él generalmente habla con la fuerza, listo para un ataque. Probablemente iba seguro dentro del Honda o al menos tan seguro como podía a mi alrededor. Yo no era la única que ha tenido problemas para ignorar la tensión romántica entre nosotros.
-¿Sabes lo que realmente ayuda?- Le preguntó, sin encontrar sus ojos.
-¿Hmm?-
-Si apagas esa música mala y pones algo que se hizo después de la caída de la Muralla de Berlín.- Dimitri se rió.
–Tu peor clase es la historia, y de alguna manera, ya sabes todo sobre Europa Occidente -.
- Oye, tengo que obtener el material para mis chistes, camarada-. Aún sonriente, cambió la emisora. Para una country.
- ¡Hey! Que no era lo que yo tenía en mente -, exclamé. Pude ver como estaba a punto de reír de nuevo. -Elije. Es uno o otro.- Suspiro. –Vuelve a las cosas de los años 80-. Regresó a la emisora, y yo cruce mis brazos por encima de mi pecho mientras una banda europea cantaba acerca de cómo el video había destruido la radio. Yo quería matar a alguien de la emisora de radio. De repente, cinco horas no parecían tan cortas como yo pensaba. Arthur y la familia que él protegía vivía en una pequeña ciudad en la I-90 fuera de Billings. La opinión de los Moroi por regla general fue dividida sobre los lugares para vivir. Alguien discutió que las grandes ciudades eran mejores porque permiten a los vampiros estar mezclados con multitud, por la noche las actividades no atraen mucho la atención. Otros Moroi, por ejemplo, esta familia, al parecer, eligió las ciudades con menos personas, creyendo que si habían menos personas para que los notaran entonces se notarían.
Convencí a Dimitri para parar a por comida en un restaurante 24 horas en la carretera, y entre eso y detenernos para los suministros, era cerca del mediodía cuando llegamos. La casa fue construida en un estilo lujoso, con la madera pintada de color gris y grandes ventanales - pintadas para bloquear el sol, por supuesto. Parecía nueva y cara, e incluso está en medio de la nada, fue lo que esperaba para los miembros de la realeza.
Salté del coche, empapado mis botas con centímetros de nieve que acumulados en la entrada. El día era cálido y tranquilo, a excepción del ocasional susurro viento. Dimitri y yo caminamos hasta la casa, siguiendo una roca que cortaba el jardín. Yo podía verle regresar al "negocio", pero en general su actitud era tan feliz para mí. Ambos tenían una especie de actitud de la culpa por haber deseado el viaje en coche. Mis pies resbalaron en la entrada cubierta con hielo, y Dimitri me aguanto instantáneamente. Tuve una extraña sensación de deja vu, recordando la primera noche en que nos encontramos, cuando él me había salvado de una caída como esa. Temperaturas frías o no, su mano parecía muy caliente, incluso con las capas de mi abrigo.
-¿Estás bien?-Me soltó, para mi desanimo.
- Sí,- le digo, lanzando con ojos acusadores a la acera de hielo. -Estas personas nunca han oído hablar de la sal? -Dije en broma, pero de repente Dimitri dejó de caminar y yo también me paré inmediatamente. Su expresión se volvió tensa y alerta. Él giro la cabeza, los ojos mirando el entorno, el blanco cortinas alrededor, antes de regresar a casa. Quería preguntarle, pero algo en su postura me dijo que me quedara callada. Estudió la construcción durante casi un minuto completo y, a continuación, miró hacia abajo a la entrada, cubierta con hielo roto sólo por nuestros pasos. Cuidadosamente, se acercó a la puerta, y yo le seguí. Se volvió a parar de nuevo, esta vez para estudiar la puerta. No estaba abierta pero no estaba completamente cerrada. Parecía que había sido celebrado no estaba sellada. Mirando más a fondo, puso de manifiesto deficiencias en los bordes de la puerta, parecía que había sido forzada en algún momento. Abriéndola con un toque cuidadoso. Dimitri deslizó sus dedos delicadamente donde se encontraba la mordedura de la puerta, su aliento hacia pequeñas nubes de aire. Cuando tocó la maneta de la puerta, hizo un ruido, como si estuviese rota. Por último, hablo en silencio - Rose, espera ir en el coche.-
-Pero yo-
-Ves-. Una palabra, pero llena de poder. En aquella única sílaba, me acordé del hombre que yo había visto echando gente y peleando contra un Strigoi. Me volví, moviendo la nieve cubiertos con capas prefiriendo eso a arriesgarme en la acera. Dimitri se paro, y no se movió hasta que entre de un salto en el coche, cerrando la puerta lo más suavemente posible. Entonces, con sus cuidadosos movimientos, que empujó la puerta y desaparecido hacía dentro.
Quemándome de la curiosidad, conté hasta diez y salte del coche. Yo sabía que no debía ir tras él, pero yo tenía que saber lo que estaba sucediendo en la casa. La acera y la carretera indicaban que nadie había estado allí durante algunos días, pero también podría significar que los Badicas simplemente nunca habían salido de la casa. Era posible, supuse que fueron víctimas del asalto humano común. También es posible que algunos habían asustado y el hecho de… como los Strigoi. Yo sabía que esa posibilidad era la que había echo que la cara de Dimitri se volviese tan disgustada, pero parecía un escenario poco común con Arthur Schoenberg de servició. Parada en la carretera, miré al cielo. La luz era fría y húmeda, pero estaba ahí. Mediodía. El punto más alto del sol. Los Strigoi no podían salir de la luz del sol. No necesitaba tener miedo, pero la ira de Dimitri.
Paseo alrededor de la casa, caminando en nieve profunda - casi un pie de profundidad. Supongo que no había nada extraño en la casa. Estalactitas colgaban de la tubería, y las ventanas pintadas no revelar secretos. Mi pie golpeo algo de repente, miro abajo. Allí, medio enterrados en la nieve, había una estaca de plata. Había sido arrojado en el suelo. La cogí sacándola de la nieve, frunciendo la frente. Qué estaba haciendo esta estaca aquí? Las estacas de plata eran caras. Eran la cosa más mortal que tenía un guardián, capaz de matar a un Strigoi con un solo ataque en el corazón. Cuando se forjaban, 4 Morois la encantaban con la magia de cada uno de los elementos. Yo no había aprendido a utilizar una aún, segura en mi mano, de repente me sentí segura mientras continué mis análisis. Una gran puerta guiaba al patio de atrás de la casa por una cubierta que sería probablemente la diversión en el verano. Pero el vidrio del patio estaba roto, de modo que una persona podía cruzar fácilmente la misma. I sobie degrada la cubierta, mirando la hielo, a sabiendas de que me metería en problemas cuando Dimitri encontrara lo que estaba haciendo. Y a pesar del frío, mi cuello no paraba de sudar. Luz del día, la luz del día, me acordé. Nada de qué preocuparse. Llegó al patio y estudio el cristal oscuro. No podía decir lo que se había roto. Dentro, la nieve había invadido y había hecho una pequeña corriente en la alfombra de color azul claro. Arrastre el pomo de la puerta, pero estaba bloqueado. No que había hecho la diferencia. Cuidadosamente para no cortarme, alcanzo la apertura y abro el pomo des de dentro. Saque mi mano cuidadosamente y tiró de la puerta. Silbó levemente a lo largo del camino, un sonido que aún parecía más bien ruidoso en el misterioso silencio. Pasé por la puerta, entrando la luz del sol, que entró por la puerta. Mis ojos se ajustaron por la disminución de la luz. Viento entraba por la apretura del patio, bailando con las cortinas a mi alrededor. Yo estaba en una habitación. Tenía todos los elementos que cabría esperar. Sofá. Tv. Una mecedora.
Y un cuerpo.
Era una mujer. Ella estaba sentada en frente del televisor, su pelo negro en el suelo cerca de ella. Ella miró sus ojos sin vida, su rostro pálido - más pálidos, incluso que un Moroi. Por un momento pensé que su pelo estaba cubriendo también su cuello, demasiado, hasta que me di cuenta de que eso en su piel era negro sangre - sangre seca. Su garganta había sido cortada. La escena surrealista fue tan horrible que no reconocen lo que yo estaba viendo al principio. Con su postura, la mujer podría estar muy bien dormida. Entonces vi el otro cuerpo: un hombre de perfil sólo a unos pocos pies de distancia, oscuras manchas de sangre de la alfombra a su alrededor. Otro cuerpo se encontraba cerca del sofá: un niño pequeño. En toda la habitación estaba otro. Y otro. Había cuerpos en todas partes, los cuerpos y sangre.
La escala de la muerte de repente a mi alrededor fue registrado, y mi corazón comenzó a golpear más rápido. No, no. No era posible. Era de día .Cosas malas no podían suceder de día. Uno gritó empezó a crecer en mi garganta, que se detuvo de repente, cuando una mano con guantes apareció detrás de mí y cerro mi boca. Empecé a pelear, y luego sentí el olor de la barba de Dimitri.
-Porque-, dijo, -Nunca escuchas? Tu estarías muerta si ellos siguieran aquí -. No podía responder, a causa de su mano, y debido al shock. Yo había visto a alguien muerto antes, pero nunca había visto la muerte esta magnitud. Después de casi un minuto, Dimitri finalmente tomó su mano, pero se quedo cerca de mí. No quería mirar más, pero era incapaz de sacar mis ojos de la escena que tenía delante de mi. Cuerpos por todos los sitios. Cuerpos y de sangre. Por último, me volví hacia él.
-Es de día- susurro. -Las cosas malas no ocurren de día -. Oigo la desesperación en mi voz, una niña implorando que alguien dijese que ese era un mal sueño.
-Cosas malas pueden suceder en cualquier momento-, dijo. -Esto no ha ocurrido durante el día. Probablemente ocurrió hace un par de noches. - Me atreví a dar una mirada de nuevo al cuerpo y mi malestar estomacal volvió. Dos días. Dos días que estaban muertos, para que borren su existencia - sin que nadie en el mundo supiera que usted se había ido. Mis ojos encontraron el cuerpo de un hombre cerca de la entrada de la sala. Él era alto, muy musculoso para ser un Moroi. Dimitri debió notar cuando lo miré. -Arthur Schoenberg-, dijo. Veo la sangrienta garganta de Arthur.
-Él está muerto-, le digo, como si no fuera perfectamente claro. - ¿Cómo puede estar muerto? Como un Strigoi mato a Arthur Schoenberg? -No parece posible. No se puede matar a una leyenda. Dimitri no respondió. En lugar de eso movió sus manos hacia a bajo y se cerraron donde mi mano aguantaba la estaca. Cedí.
-¿De dónde lo has sacado?-, Preguntó. Afloje la mano y le permití coger la estaca.
-Fuera. En el suelo.- Levantó la estaca, estudiandosu superficie mientras brillaba contra la luz del sol.
-Se rompió la sala-. Mi mente, todavía aturdida, se tomó un tiempo para procesar lo que había dicho. Entonces entendí. Las salas eran anillos mágicos lazados por los Moroi. Como las estacas, se hicieron utilizando la magia de los cuatro elementos. Era necesario un gran usuario de la magia Moroi, generalmente un grupo por cada uno de los elementos. La sala podía bloquear el Strigoi porque la magia estaba conectada a la vida y los Strigoi fueron asesinados. Pero las salas se agotan rápidamente y necesitan mucho mantenimiento. La mayoría de los Moroi no los utilizan, pero en algunos lugares lo usan. La academia de San Vladimir utilizaba varios.
-Los Strigoi no pueden tocar las estacas,- le dije. Me di cuenta que yo estaba utilizando muy
- No pueden - y –No-. No era fácil cambiar sus creencias. -Y ningún Moroi o dharpir haría eso -. -Un ser humano podría-. Me encontré con sus ojos.
- Los humanos no ayudan a los Strigoi - me detuve. Allí estaba de nuevo. No. Pero no lo podía evitar. Lo único en lo que podemos confiar en la lucha contra un Strigoi son sus limitaciones - el sol, la sala, la estaca magia, etc. Utilizábamos la debilidad de ellos en su contra. Si ellos tuvieran otros seres que los ayudaran y no les afectaban sus limitaciones... El rostro de Dimitri estaba rígido, todavía listo para cualquier cosa, pero un pequeño resplandor de alegría cruzo sus ojos negros mientras él me miraba emprender mi batalla mental.
-Esto lo cambia todo, no?-, Le pregunté.
-Sí-, dijo. –Lo cambia-.

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