lunes, 13 de abril de 2009

Capítulo 2 Traducido por Jen

Traducido por Jen

Dimitri hizo una llamada telefónica y un verdadero equipo del SWAT apareció. Sin embargo, les llevó un tiempo, y cada minuto que pasaba parecía un año. Finalmente no pude aguantar más, y regresé al coche. Dimitri examinó la casa a fondo y después regresó a sentarse conmigo. Ninguno dijimos ni una palabra mientras esperábamos. Una presentación de diapositivas de los terribles acontecimientos pasaba todavía por mi mente. Estaba asustada y me sentía sola y solo deseaba que el me abrazase o me confortase de alguna manera.Inmediatamente, me regañé por querer eso. Me recordé por enésima vez que él era mi instructor y no tenía por que reconfortarme, sin importar la situación. Además, quería ser fuerte. No debía de salir corriendo detrás de un chico cada vez que las cosas se pusiesen feas.Cuando el primer grupo de guardianes apareció, Dimitri abrió la puerta del coche y me miró. "Deberías ver cómo funciona". Sinceramente, no quería volver a ver aquella casa, pero de todas formas lo seguí. Aquellos guardianes me eran desconocidos, pero Dimitri si los conocía. Él siempre parecía conocer a todo el mundo. Este grupo se sorprendió al encontrar a una novata en la escena, pero ninguno protestaron en contra de mi presencia. Caminé detrás de ellos mientras examinan la casa. Ninguno de ellos tocó nada, pero se arrodillaron cerca de los cuerpos y estudiaron las manchas de sangre y las ventanas rotas. Al parecer, los Strigoi habían entrado en la casa a través de algo más que la puerta y el patio. Los guardias hablaban en tonos bruscos, sin mostrar el asco y el miedo que yo sentía. Eran como máquinas. Uno de ellos, la única mujer del grupo, se arrodilló cerca de Arthur Schoenberg. Yo estaba intrigada por que las mujeres guardianas son muy escasas. Oí que Dimitri la llamaba Tamara, y parecía tener unos 25 años. Su pelo negro apenas le llegaba a los hombros, como era normal en todas las mujeres guardianas.Mientras examinaba el rostro del guardián muerto, la tristeza invadió sus ojos. "¡Oh, Arthur," dijo. Como Dimitri, ella podía transmitir muchas cosas en tan sólo unas pocas palabras. "Nunca pensé que vería este día. Él fue mi mentor. "Con otro suspiro, Tamara se levantó. La expresión de su cara volvió cambio de nuevo, como si el tipo que la había entrenado no se encontrase muerto delante de ella. No podía creerlo. Fue su mentor. ¿Como podía mantener este tipo de control? Durante medio segundo, me imaginé a Dimitri muerto en el suelo en lugar de él. No. Yo nunca podría mantener la calma en su lugar. Yo habría enloquecido. Habría gritado y pateado cosas. Habría golpeado a cualquiera que me dijese que todo estaría bien.Afortunadamente, no creía que nadie pudiese tumbar a Dimitri. Lo había visto matar a un Strigoi sin siquiera sudar. Era invencible. Totalmente poderoso. Un dios. Por supuesto, también lo había sido Arthur Schoenberg. "¿Cómo lo han hecho?" Dije de repente. Seis pares de ojos se fijaron en mí. Esperaba una mirada de desaprobación de Dimitri, por mi interrupción, pero el parecía curioso. "¿Cómo lo han matado?" Tamara se encogió un poco de hombros, su rostro todavía tranquilo. "De la misma manera que mataron a todos los demás. Es mortal, al igual que el resto de nosotros". "Sí, pero el es... ya sabes. Arthur Schoenberg". "Dínoslo tu, Rose", dijo Dimitri. "Has visto la casa. Cuéntanos como lo lograron. " Cuando todos ellos me miraron, me di cuenta de que tal vez, después de todo, iba a hacer la prueba. Pensé en todo lo que sabía y había visto, tragué, tratando de descubrir cómo lo imposible se había convertido en posible.“Hay cuatro puntos de entrada, lo que significa por lo menos 4 Strigoi. Había siete Moroi..." La familia que vivía aquí tenía invitados, lo que había hecho que la matanza fuese todavía mayor. Tres de las víctimas eran niños "... y tres guardianes. Muchas muertes. Cuatro Strigoi no podrían haberlo hecho. Seis probablemente si, si fueron por los guardianes primero y los pillaron desprevenidos. La familia estaría realmente asustada para luchar". "¿Y cómo pillaron a los guardias desprevenidos?" incitó Dimitri. Dudé. A los guardianes, como regla general, nunca se los pillaba desprevenidos. "Porque rompieron las custodias. En una casa sin custodias, probablemente hubiese un guardián caminando por el jardín de noche. Pero aquí, ellos no lo hicieron". Esperé por la próxima pregunta obvia, por la de cómo se habían roto las custodias. Pero Dimitri no preguntó. No era necesario. Todos lo sabíamos. Todo el mundo había visto la estaca. Otra vez, un escalofrío recorrió mi columna vertebral. Humanos que trabajaban con Strigoi - un gran grupo de Strigoi.Dimitri simplemente cabeceó como una señal de aprobación, y el grupo continuó analizando la escena.Cuando llegamos el cuarto de baño, traté de no mirar. Ya lo había visto antes con Dimitri y no tenía ninguna intención de repetir la experiencia. Había un hombre muerto, y su sangre seca contrastaba contra los azulejos blancos. Además, esta habitación estaba en el interior, no hacia tanto frío como en el patio. El cuerpo no se había conservado tan bien. Aún no olía mal, exactamente, pero tampoco tenía buen olor. Pero cuando empecé a girarme para salir, vi algo de color rojo – de hecho, era de un color marrón- en el espejo. No lo había notado antes, porque el resto de la escena había llamado mi atención. Había palabras en el espejo, hechas con sangre. Pobres, pobres Badicas. Quedaban tan pocos. Una familia real casi destruida. Otros les seguirán. Tamara gruñó enfadada y se alejó del espejo, estudiando otros detalles en el cuarto de baño. Mientras salíamos del baño, esas palabras se repetían en mi mente. Una familia real casi destruida. Otros les seguirán.Los Badicas, eran una familia real pequeña, esto era cierto. Pero los que habían sido asesinados aquí no eran los únicos que quedaban. Probablemente todavía quedaban unos 200. Esto no era una familia tan numerosa como, por ejemplo, la Ivashkovs. Esa familia real, en particular, era enorme y estaba muy extendida. Quedaban, sin embargo, mucho más Badicas que algunos de las otras familias reales. Como los Dragomirs. Lissa era la única que quedaba. Si los Strigoi querían destruir el linaje de familias reales, no tenía nada mejor que ir detrás de ella. La sangre Moroi les daba poder a los Strigoi, entonces entendía que ellos lo deseasen. Supuse que ir específicamente detrás de las familias reales era simplemente parte de su naturaleza cruel y sádica. Era irónico que los Strigoi quisiesen destruir la comunidad Moroi, ya que muchos de ellos habían sido parte de ella. El espejo y la advertencia me consumieron durante el resto del tiempo que estuvimos en la casa, y mi conmoción y miedo se convirtieron en rabia. ¿Cómo podían hacer eso? Como una criatura podía ser tan maléfica y retorcida para hacerle esto a toda una familia - que quisiesen barrer un linaje real entero? Como podrían hacer eso cuando antes habían sido como Lissa y yo?.Al pensar en Lissa - pensar en la intención de los Strigoi de destruir también en su familia – se removió una rabia oscura dentro mí. La intensidad de esa emoción casi me derrumbó. Era algo oscuro y podrido, y cada vez iba en aumento. Una tormenta a punto de desatarse. Y de repente quería rasgar en pedazos con mis propias manos cada Strigoi que se pusiese a mi alcance. Cuando finalmente entré en el coche para regresar a San Vladimir con Dimitri, cerré la puerta con tanta fuerza que me sorprendió que no se cayese.Dimitri me miró sorprendido. "¿Qué sucede?" "¿Hablas en serio?" Exclamé, incrédula. "¿Cómo puedes preguntarme eso? Estabas allí. Lo has visto". "Lo vi", estuvo de acuerdo. "Pero no lo pago con el coche." Me puse el cinturón y fruncí el ceño. "Los odio. Los odio a todos! Ojala hubiesen estado allí. ¡Les hubiera arrancado las gargantas! "Casi estaba gritando. Dimitri me miraba, su rostro tranquilo, pero estaba claramente impresionado con mi explosión. "¿De veras crees que pasaría eso?", Preguntó. "¿Crees que podrías haber sido mejor que Art Schoenberg, después de haber visto lo que los Strigoi hicieron allí? Después de ver lo que Natalie hizo contigo? " Vacilé. Había luchado brevemente con la prima de Lissa, Natalie, cuando se convirtió en una Strigoi, antes de que Dimitri apareciese y me salvase el pellejo. Incluso con una Strigoi recién convertida- débil y descoordinada – ella literalmente me había lanzado por el pasillo. Cerré los ojos y respiré profundamente. De repente, me sentí estúpida. Había visto lo que un Strigoi podía hacer. Si salía corriendo impetuosamente y trataba de hacerme la heroína probablemente el resultado seria la muerte. Todavía estaba en fase de preparación para ser una guardiana, aún tenía mucho que aprender - y ninguna niña de diecisiete años podría vencer a seis Strigoi. Abrí mis ojos. "Lo siento", le dije, al recuperar el control de mi misma. La cólera que había explotado dentro de mí había desaparecido. No sabía de donde había venido. Yo era muy irascible y actuaba impulsivamente, pero eso había sido intenso y malo incluso para mí. Extraño.“No pasa nada", dijo Dimitri. Se inclinó y puso su mano encima de la mía durante unos segundos. Luego la retiró y arrancó el coche. "Fue un día largo. Para todos nosotros. " Cuando regresamos a la Academia de San Vladimir, cerca de la medianoche, ya todos sabían acerca de la masacre. El día de escuela de los vampiros acababa de terminar, y yo no había dormido en 24 horas. Mis ojos estaban nublados y perezosos, y Dimitri me ordenó ir a mi dormitorio y dormir un poco. Él, por supuesto, parecía alerta y listo para cualquier cosa. A veces yo pensaba que el no dormía. Se acercó a otros guardianes para hablar del ataque, después de que le hubiese prometido que me iría directa a la cama. En cambio, fui a la biblioteca una vez que no me podía ver. Necesitaba ver Lissa, nuestra conexión me decía que ella estaba allí.Estaba oscuro como la boca de un lobo mientras iba por el corredor de piedra que comunicaba mi dormitorio con el edificio principal de la escuela secundaria. La nieve cubría completamente la hierba, pero el pavimento había sido limpiado a fondo de todo el hielo y la nieve. Lo que me recordó la descuidada casa de los Badicas. El edificio principal era grande y tenía un aspecto gótico, mas apropiada para una película medieval que para un instituto.Dentro, el aire de misterio y de historia antigua llenaba todo el edificio: paredes de piedra y cuadros antiguos luchaban contra los ordenadores y las luces fluorescentes. La tecnología moderna se había abierto un hueco, pero nunca dominaría. Después de pasar por la puerta electrónica de la biblioteca, me dirigí inmediatamente a una de las esquinas en donde estaban guardados los libros de geografía y de viajes. Por supuesto, encontré a Lissa sentada en el suelo, apoyada contra un estante. "Ey", dijo, mirando por encima del libro abierto sobre una de sus rodillas. Se apartó algunos mechones de pelo de delante de su cara. Su novio, Christian, estaba en el suelo cerca de ella, con la cabeza en su otra rodilla. Me saludó con un movimiento de cabeza. Teniendo en cuenta el antagonismo que a veces aparecía entre nosotros, era como darme un abrazo. A pesar de su pequeña sonrisa, yo podía sentir la tensión y el miedo en ella; pues fluía a través de la conexión. "Ya lo sabes", le dije, sentándome con las piernas cruzadas.Su sonrisa desapareció y los sentimientos de miedo y ansiedad aumentaron. Me gustaba nuestra conexión por que me permitía protegerla mejor, pero ahora mismo no necesitaba que mis propios sentimientos conflictivos aumentasen al sentir los suyos. "Es horrible", dijo estremeciéndose. Christian entrelazó su mano con la de ella y le dio un pequeño apretón. Ella apretó de vuelta. Estos dos eran tan empalagosos y tan dulces que sentía la necesidad de cepillarme los dientes siempre que estaba con ellos. "Están diciendo... dicen que había seis o siete Strigoi. Y humanos que les ayudaron a romper las custodias." Apoyé mi espalada contra una estantería. Las noticias realmente viajaban rápido. De repente, me sentía mareada. "Sí". "¿En serio?" Preguntó Christian. "Pensé que eran sólo un montón de paranoias." "No..." me di cuenta de que nadie sabía en donde había estado. "Yo... Yo estuve allí". Los ojos de Lissa se agrandaron, la conmoción cruzó su rostro. Incluso Christian - el representante de los "sabihondos" - parecía sombrío. Si no fuera por el horror que todos sentíamos, me hubiera alegrado de pillarlo con la guardia baja. "Estás bromeando", dijo, con voz incierta."Pensé que estabas haciendo tu test calificativo..." Las palabras de Lissa murieron. "Debería", le dije. "fue el tipo de cosa “en el lugar y en la hora equivocada”. El guardián que me iba a hacer la prueba vivía allí. Dimitri y yo entramos, y... " No pude terminar. Imágenes de sangre y de muerte que habían llenado la casa de los Badica aparecieron de nuevo en mi mente. Tanto el rostro de Lissa como nuestra conexión se llenaron de preocupación. "Rose, ¿estás bien?" Ella preguntó suavemente. Lissa era mi mejor amiga, pero no quería que supiese cuan aterrada y molesta me había dejado la masacre. Quería ser valiente. "Genial", dije, entre dientes. "¿Cómo paso?" preguntó Christian. Su voz estaba llena de curiosidad, pero también había algo de culpa – él sabía que estaba mal querer saber acerca de algo tan horrible. Pero no pudo dejar de preguntar. La falta de control era algo que teníamos en común."Fue..." Negué con la cabeza. "No quiero hablar de eso." Christian comenzó a protestar y, a continuación, Lissa puso su mano en su cabeza. El gesto de censura lo silenció. Hubo un momento de torpeza entre nosotros. Al leer la mente Lissa, sentí que ella buscaba desesperadamente un cambio de tema. "Dicen que lo sucedido va a estropear nuestras visitas de Navidad", dijo después de algunos segundos. "La tía de Christian va a venir, pero la mayoría de la gente no quiere viajar, y quiere que sus hijos están a salvo aquí. Están aterrados con el grupo de Strigoi". No había pensado las consecuencias de un ataque como este. Apenas faltaban unas semanas para Navidad. Normalmente había una gran cantidad de viajes en el mundo Moroi en esta época del año. Los estudiantes se iban a casa a visitar a sus padres, o los padres se venían al campus para visitar a sus hijos. "Esto va a mantener a muchas familias separadas", murmuré. "Y obstaculizar las reuniones de la realeza", dijo Christian. Su breve seriedad desaparecido; había regresado a lo sarcástico. “Ya sabes cómo son en esta época del año – siempre compitiendo para dar la mayor fiesta. No saben qué hacer". No podía creerlo. Mi vida se basaba en luchar, pero los Moroi tenían sus propias luchas internas - en particular la nobleza y realeza. Libran sus propias batallas con palabras y alianzas políticas, y honestamente, prefiero la forma más directa de golpes y patadas. Lissa y Christian, en particular, tenían que navegar en aguas turbulentas. Ambos eran de familias reales, lo que significa que tenían una gran cantidad de atención, dentro y fuera de la Academia. La cosa era peor para ellos que para la mayoría de los Moroi de la realeza. La familia de Christian vivía bajo la sombra de sus padres. Ellos se había convertido en Strigoi por propia elección, abandonado su magia y su moralidad para convertirse en inmortales y subsistir a base de otros. Sus padres ahora estaban muertos, pero esto no impedía que las personas desconfiasen de él. Parecían pensar que él se convertiría en un Strigoi en cualquier momento y se llevaría a todos los demás con él. Su rudeza y el sentido de humor negro no le ayudaban.La atención sobre Lissa venia del hecho de que es la última de su familia. Ningún otro Moroi tenía suficiente sangre Dragomir como para recibir el nombre. Su futuro marido, probablemente tendría suficientes familiares como para asegurarse que sus hijos fuesen Dragomirs, pero por ahora, ser la única, hacia de ella toda una celebridad. Pensar en eso me recordó de repente el aviso del espejo. Mis náuseas aumentaron. Aquella rabia y desesperación reaparecieron, pero las envié lejos con una broma. "Deberían tratar de resolver sus problemas como hacemos nosotros. Una pelea podría ser algo buena para la realeza. " Lissa y Christian rieron. Él miró Lissa con una sonrisa tonta, mostrando sus colmillos. "¿Qué te parece? Creo que te ganaría si nos peleásemos". "Ya te gustaría," lo provocó. Sus sentimientos de preocupación desaparecieron. "Si me gustaría", dijo mientras la miraba. Había una intensa nota sensual en su voz que hizo que su corazón latiese descontrolado. Cierta envidia me invadió. Ella y yo habíamos sido amigas de por vida. Podía leer su mente. Pero el hecho era el siguiente: Christian es una gran parte de su mundo ahora, y tenía un papel que yo nunca tendría – así como el nunca sería parte de la conexión que existía entre ella y yo. Nosotros dos medio lo aceptamos, pero no nos gustaba el hecho de que tuviésemos que dividir su atención, y de vez en cuando parecía que la tregua que habíamos hecho por el bien de ella, desaparecía. Lissa colocó su mano en su mejilla. "Compórtate". "Yo me comporto", le dijo a ella, su voz todavía un poco ronca. "A veces. Sin embargo, a veces no quieres que yo... " Suspirando, me levanté. "Genial. Voy a dejar solos ahora". Lissa parpadeó y arrastró su mirada lejos de Christian, de repente parecía avergonzada. "Lo siento", murmuró ella. Se puso colorada. Al ser pálida como los demás Moroi, esto hizo que ella se viese más hermosa. No es que necesitase mucha ayuda en eso. "No tienes que ir...""No, todo está bien. Estoy agotada", le aseguré a ella. Christian no parecía muy preocupado por mi marcha. "Hablamos mañana." Empecé a irme, pero Lissa me llamó. "Rose?... ¿Seguro que estás bien? Después de todo lo que pasó? " La miré a sus ojos color verde jade. Su preocupación era tan fuerte y profunda que sentí una punzada en mi pecho. Podría ser la persona más cercana a ella que cualquier otra en el mundo, pero no quería que se preocupase por mí. Era mi trabajo mantenerla a salvo. Ella no debería preocuparse por mí, en particular si los Strigoi habían decidido hacer una lista negra de las familias reales.La dirigí una sonrisa descarada."Estoy bien. No hay de qué preocuparse a menos que vosotros dos empecéis a quitaros la ropa antes de que me vaya. " "Entonces es mejor que te vayas", dijo Christian. Ella le dio un codazo y yo puse los ojos en blanco. "Buenas noches", les dije. Así que me di la vuelta, mi sonrisa desapareció. Me dirigí a mi habitación con el corazón desgarrado, esperando no soñar esta noche con los Badicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario