lunes, 20 de abril de 2009

Capítulo 7 Traducido por Jen

Irritada empujé las puertas que conducían al dormitorio de los Moroi. La nieve se arremolinó detrás de mí y algunas personas me observaron mientras entraba. No me sorprendió que varios de ellos me mirasen dos veces. Tragando fuertemente, me obligué a no reaccionar. Todo estaría bien. No tenía por que enloquecer. Los novatos nos heríamos todo el tiempo. Lo raro era no mancarse. Tengo que reconocer que esto era más evidente que la mayoría de las lesiones, pero podría vivir con ella hasta que se curase, ¿verdad? Y no era como si alguien supiese como me lo había hecho.

"Ey Rose, es cierto que tu madre te golpeó?" Me congelé. Reconocería esa voz de soprano en cualquier lugar. Girándome lentamente, miré a los profundos ojos azules de Mia Rinaldi. Rizado cabello rubio enmarcaba su rostro que sería lindo si no tuviese esa maliciosa sonrisa. Un año más joven que yo, Mia se había confrontado con Lissa (y conmigo por defecto) en una guerra para ver quien podía arrasar con la vida de la otra más rápido - una guerra, debo añadir que ella comenzó. Le había robado el ex-novio de Lissa - a pesar de que Lissa finalmente había decidido que no lo quería - y había difundido todo tipo de rumores. Lo admito, el odio de Mia no era injustificadado. El hermano mayor de Lissa, André - que murió en el mismo accidente de coche que técnicamente me "mato" – había utilizado a Mia cuando ella era una estudiante de primer año. Si no fuese por que ahora era una zorra, sentiría lástima por ella. El había actuado incorrectamente, y aunque podía entender su rabia, no creo que sea justo que lo pague con Lissa, tal y como ella hizo.
Lissa y yo técnicamente al final habíamos ganado la guerra, pero Mia inexplicablemente había conseguido volver a la cima. No andaba con la misma élite que andaba antes, pero había construido un pequeño contingente de amigos. Maliciosos o no, los líderes fuertes siempre atraen seguidores. Descubrí, que el 90% de las veces, la respuesta más eficaz era ignorarla. Pero había terminado de cruzar el otro 10% porque era imposible ignorar a alguien que le estaba anunciando a todo el mundo que tu madre te había golpeado - incluso si eso era cierto. Dejé de caminar y me giré. Mia se detuvo cerca de una máquina expendedora, a sabiendas de que había llamado mi atención. No me preocupé en preguntar cómo sabía que mi madre me había dejado un ojo morado. Las cosas raramente se quedaban en secreto por aquí. Cuando vio mi cara, sus ojos crecieron con deleite.

"Vaya. Hablando de una cara que sólo una madre podría amar". Ha. Que bueno. Se fuese alguna otra persona le hubiese aplaudido la broma.

"Bueno, tu eres una especialista en lesiones en la cara", le dije. "¿Cómo está tu nariz?" La helada sonrisa de Mia se torció un poco, pero no se dio por vencida.
Le había roto la nariz hace un mes- en el baile de entre todos los sitios posibles, - y aunque la nariz ya se había curado, ahora estaba un poco torcida. La Cirugía Plástica probablemente se lo hubiese arreglado, pero según tenía entendido con el poco dinero que tenía su familia, de momento eso no era posible.
"Está mejor", respondió con remilgo. "Afortunadamente, me lo rompió una perra psicótica, y no alguien de la familia. " Le di mi mejor sonrisa psicótica.
"Qué mal. La familia te puede golpear por accidente. Las perras psicóticas tienden a volver por más." Amenazarla con violencia física suele ser una buena táctica con ella, pero teníamos muchas personas a nuestro alrededor como para ser una preocupación legítima para ella. Y Mia lo sabía. No es que no atacase a alguien en esas condiciones - diablos, yo hacia eso muchas veces - pero estaba intentando mantener mi palabra de intentar controlar mis impulsos.

"A mí no me parece un accidente", dijo. "¿No tenéis normas que prohíben golpear en la cara? Quiero decir, eso parece realmente fuera de las fronteras." Abrí la boca para responderle, pero nada salió. Tenía razón. Mi lesión era fuera de las fronteras; en este tipo de combate, no se puede golpear por encima del cuello. Esto era muy por encima de la línea prohibitiva.
Mia vio mi vacilación, y era como si el mañana de Navidad hubiese llegado una semana antes para ella. Hasta ese momento, creo que nunca antes en nuestra relación antagónica me había dejado sin palabras.
"Niñas", dijo una áspera voz femenina. La Moroi que atendía la recepción nos lanzó una mirada penetrante. "Esto es un pasillo no una sala. Decídanse, o entren o salgan".

Por un segundo, romperle la nariz a Mia de nuevo parecía la mejor idea del mundo - al infierno con la detención o suspensión. Después de respirar profundamente, decidí que irme era lo correcto. Fui hasta las escaleras y subí hasta las habitaciones de las niñas.
Por encima de mi hombro, oí lo que me decía Mia, "No te preocupes, Rose. Desaparecerá. Además, a los chicos no es tu cara lo que les interesa."
Treinta segundos más tarde, golpeé la puerta de Lissa con tanta fuerza que me sorprendió que mi muñeca no hubiese roto la madera. Abrió lentamente mirando alrededor. "¿Fuiste tu? Pensé que era un ejército de - Oh Dios mío."
Sus cejas se elevaron cuando vio mi cara. "¿Qué pasó?"
"¿No lo has oído? Debes de ser la única de la academia que no lo sabe", me quejé. "Déjame entrar y te cuento".
Acostándome en su cama, le conté todo lo que había pasado. Se horrorizó."Escuché que te habías herido pero pensé que era sólo una de las cosas normales," dijo.
Miré al techo, sintiéndome miserable. "La peor parte es que Mia tenía razón. No fue un accidente."
"¿Estás diciendo que tu madre lo hizo a propósito?" Cuando no le respondí, la voz de Lissa se llenó de incredulidad.
"Vamos, ella no haría eso. De ninguna manera. "
"¿Por qué? Porque ella es la perfecta Janine Hathaway, maestra en controlar su temperamento? A veces, también es la perfecta Janine Hathaway, maestro de la lucha y del control de sus acciones. De una manera u otra, se equivocó. "

"Sí, bueno," dijo Lissa, "Creo que tropezar y perder la fuerza es más probable que de que lo hiciera a propósito. Tendría que perder la calma de verdad para hacerlo a propósito."

"Bueno, ella estaba hablando conmigo. Eso es suficiente para que cualquiera pierda la paciencia. Y yo la acusé de acostarse con mi padre porque era una buena opción evolutiva."

"Rose", murmuró Lissa. "Creo que olvidaste contarme eso. Porque le dijiste eso? "

"Por que probablemente sea cierto".

"Pero tendrías que haber sabido que eso la irritaría. Porque la provocaste?. Porque no puedes hacer las paces con ella? "

Me senté. "Hacer las paces con ella? Me puso un ojo morado. Probablemente a propósito. ¿Cómo puedo hacer las paces con alguien así? "
Lissa sólo negó con la cabeza y caminó hasta el espejo para mirar su maquillaje. Los sentimientos a través de nuestra conexión eran de frustración y exasperación. Vacilando en el fondo tenía un poco de anticipación, también.

Ahora que ya le había contado todo, tuve la paciencia necesaria para examinarla. Llevaba una blusa de seda morada y una falda negra que le llegaba hasta las rodillas. Su pelo largo tenía una perfección que sólo se conseguía con horas de dedicado trabajo con el secador y cepillo.

"Estás estupenda. ¿Qué sucede? " Sus sentimientos cambiaron un poco, su irritación conmigo disminuyó.
“ Después voy a quedar con Christian". Durante varios minutos, me había sentido como en los viejos tiempos, solamente Lissa y yo. Sólo nosotras, quedando y hablando. Al mencionar a Christian, así como la compresión de que ella me dejaría pronto para ir con el, provocó sentimientos negros en mi pecho... sentimientos que tenía que admitir a regañadientes que eran celos. Naturalmente, no le dije nada.

"Vaya ¿Y que hizo para que te prepares así? Rescató huérfanos de un edificio en llamas? Si lo hizo, mejor asegúrate de que no fue él el que prendió las llamas." El elemento de Christian es el fuego. Estaba de acuerdo ya que era el más destructivo. Riendo, se volvió del espejo y tocó suavemente mi cara hinchada con sus dedos. Sonrió suavemente.
"No está tan mal."
"Lo que sea. Sabes, puedo saber cuando estás mintiendo. Y la Dr. Olendzki dijo que mañana estaría peor." Me acosté en la cama. "Probablemente no haya en el mundo maquillaje suficiente para ocultarlo, no crees? Tasha y yo tendremos que invertir en algún tipo de máscaras al estilo del fantasma de la ópera. "
Suspiró y se sentó en la cama, cerca de mí. "Es una pena que no pueda curarte".
Sonreí. "Eso sería agradable".

La coacción y su carisma obtenidos por el Espíritu eran geniales, pero en verdad, curar era su habilidad mas increíble. La cantidad de cosas que podía hacer es sorprendente. Lissa también estaba pensando en lo que el Espíritu podía hacer.
"Me gustaría que hubiese otra forma de controlar el Espíritu... una forma que me permitiese usar magia..."
"Sí", le dije.
Comprendía su deseo de hacer grandes cosas y ayudar a las personas. Irradiaba de ella. Bueno, y también quería que mi ojo sanase al instante y no que le llevase días. "Yo también lo deseo."
Ella suspiró de nuevo. "Hay más del justo deseo de curar y hacer otras cosas con el Espíritu. Yo también, bueno, echo de menos la magia. Aún está ahí, pero simplemente bloqueada por las píldoras. Me está quemando por dentro. Ella me quiere y yo la quiero. Pero hay una pared entre nosotras. No puedes imaginarlo".

"En realidad si puedo." Era verdad. Junto con tener una idea general de sus sentimientos, a veces podía “entrar en ella". Es difícil de explicar y aún más difícil de soportar. Cuando esto sucedía, yo podía ver, literalmente, lo que ella veía y sentir lo que ella sentía. En esos momentos, era ella. Muchas veces, si estaba en su cabeza cuando ella deseaba la magia, podía sentir ese deseo del que estaba hablando. A menudo se despertaba de noche, deseando el poder que no podía soportar.
"Oh, es verdad", dijo con tristeza. "A veces lo olvido."
Un sentimiento de amargura creció en ella. No se dirigía hacia mí, sino a su situación. La ira apareció en su interior. No le gustaba sentirse indefensa. La ira y la frustración se convirtieron en algo más oscuro y feo, algo que no me gustaba.
"Oye", le dije, tocando su brazo ella. "¿Estás bien?"
Rápidamente cerró los ojos, y los abrió. "Es que odio eso". La intensidad de sus sentimientos me recordó nuestra conversación, la que habíamos tenido antes de que me fuera a la casa de los Badica.
"¿Sigues sintiendo que las píldoras no te hacen efecto? "
"No sé. Un poco. "
"Es cada vez peor?" Negó con la cabeza.
"No. Todavía no puedo usar magia. Me siento más cerca de ella… pero sigue estando bloqueada. "
"Pero todavía... tus estados de ánimo... "
"Es... están actuando. No te preocupes", dijo, al ver mi cara. "No estoy viendo cosas o tratando de lastimarme".
Excelente." Estaba feliz de escuchar eso, pero aún estaba preocupada. Incluso si no podía usar magia, no me gustaba la idea de que su estado mental no estaba bien de nuevo. Desesperadamente, esperaba que la situación se estabilizará por si sola.
"Estoy aquí ", le dije suavemente, sosteniendo su mirada. "Si algo raro sucede... solo tienes que decírmelo, ¿de acuerdo? " A medida que esos sentimientos oscuros desaparecían de ella, sentí una extraña onda en la conexión. No podía explicar lo que era, pero temblé con fuerza. Lissa no lo había notado.
Se animó de nuevo, y me sonrió. "Gracias", dijo. "Lo haré".
Sonreí, feliz de verla regresar a la normalidad. Nos quedamos en silencio, y por un breve momento, quería contarle lo que pasaba en mi mente.
Últimamente tenía tantas cosas en la cabeza: mi madre, Dimitri, y la casa de los Badica. Estaba bloqueando esos sentimientos dentro de mí, y me estaban matando. Ahora, me sentía tan a gusto con Lissa por primera vez en tanto tiempo, que finalmente sentí que podía hablar con ella sobre mis sentimientos. Antes de que pudiera abrir mi boca, sentí cambiar sus pensamientos.

Estaba nerviosa y ansiosa. Había algo que quería contarme, algo en lo que había estado pensando. Y ahí se fue mi oportunidad de desahogarme. Si ella quería hablar, yo no la molestaría con mis problemas, los dejé de lado y esperé que hablase.
"He encontrado algo en mi búsqueda con la Sra. Carmack. Algo extraño ... "
"Oh?" Pregunté. Los Moroi normalmente adquieren su especialización durante la adolescencia. Después de eso, son colocados en clases especializadas para cada elemento. Pero como era la única usuaria de Espíritu por el momento, Lissa no tenía una clase a la que unirse. La mayoría de la gente creía que no se había especializado en nada, pero ella y la Sra. Carmack – la profesora de magia de la San Vladimir - se reunían para aprender lo que podían sobre el Espíritu. Buscaban en los registros nuevos y antiguos, en busca de pistas que les guiasen hasta otros usuarios del Espíritu, ahora que ya sabían que algunas de las marcas: la incapacidad de especializarse, inestabilidad mental, etc.
"No encontré ningún usuario del Espíritu, pero encontré informes..., de, unos, fenómenos inexplicables".
Parpadeé sorprendida. "¿Qué tipo de cosas?" Pregunté, reflexionando sobre lo que se podría llamar "fenómeno inexplicable" para los vampiros. Cuando ella y yo habíamos vivido con los humanos, nosotras seríamos fenómenos inexplicables para ellos.
"Hay varios informes... pero, no se, leí acerca de un hombre que podía hacer que la gente viese cosas que no estaban allí. Podía hacer creer a la gente que estaban viendo monstruos u otras personas y cosas así.
"Esta puede ser una coacción".
"Coacción realmente poderosa. Yo no podría hacer eso, y soy fuerte - o lo era – más que cualquier otro que conozcamos. Y ese poder viene de utilizar el Espíritu... "
"Entonces," terminé ", crees que ese ilusionista también es un usuario del Espíritu". Se mostró de acuerdo. "¿Por qué no habláis con él y lo averiguáis?"
"Por qué no tenemos información al respecto, es secreto. Y hay otras cosas extrañas. Como alguien que puede drenar físicamente a otros. Las personas que estaban a su lado se debilitan y pierden toda su fuerza. Pierden el conocimiento. Y había otra persona que podía detener objetos en el aire después de lanzarlos." La emoción iluminó sus rasgos.
"Podría ser un usuario de aire," mencioné.
"Tal vez", dijo. Podía sentir la curiosidad y la emoción a través de ella. Ella quería creer con desesperación que había otros que también eran usuarios de Espíritu. Sonreí.
"¿Quién sabe? Los Moroi tienen su propio Roswell - y también un área 51. Es sorprendente que no me estén estudiando para entender nuestra conexión". El humor especulativo de Lissa se convirtió en provocación.
"Algunas veces me gustaría poder leer tu mente. Me gustaría saber lo que sientes por Mason. "
"Él es mi amigo” dije muy seria y sorprendida por el cambio brusco de tema. "Sólo eso". "Acostumbrabas ligar - y hacer otras cosas - con un cualquier chico que caía en tus manos. " "Ey!" dije, ofendida. "No era tan mala."
"Ok. Tal vez no. Pero no pareces tan interesada en los chicos. "
Si que estaba interesado en los chicos - bueno, un chico.
"Mason es muy bueno", continuó. "Y está loco por ti".
"Si, lo está," Estuve de acuerdo. Pensé en Mason, en los breves momentos en que pensé que era sexy cuando estábamos en la clase de Stan. Además, Mason era muy divertido, y nos llevábamos muy bien. Él no era una mala opción.
"Sois muy parecidos. Y los dos hacéis cosas que no deberíais. "
Me reí. Eso también era cierto. Recordé la fuerte voluntad de Mason, de acabar con todos los Strigoi del mundo. Puede que yo no este preparada para eso - a pesar de mi explosión en el coche – pero aún así compartía algún de sus descuidos. Quizás es hora de darle una oportunidad, pensé. Bromear con el era muy divertido, y hacia mucho tiempo que no besaba a alguien. Dimitri hacia que mi corazón se descontrolase... pero, bueno, no es como si sucediese algo más. Lissa me miró de forma evaluatoria, como si supiese que estaba pensando - así, fuera el tema de Dimitri.
"Le oí decir a Meredith que eras una idiota para no salir con él. Ella dice que es porque piensas que eres demasiado buena para él".
"¿Qué! Eso no es cierto".
"Oye, yo no dije eso. De todos modos, dice que está pensando ir detrás de él".
"Mason y Meredith?" Me burlé. "Sería un desastre. No tienen nada en común. " Era mezquino, pero me había acostumbrado a tener a Mason siempre mirándome. De repente, la idea de que el mirase a otra me disgustó.
"Eres posesiva", dijo Lissa, adivinando mis pensamientos de nuevo. No me extrañó que a ella le molestase tanto que leyera sus pensamientos. "Sólo un poco."
Se rió. "Rose, aunque no sea con Mason, deberías comenzar a salir de nuevo. Hay muchas chicos que matarían por salir contigo - chicos que son legales." No siempre había elegido la mejor opción cuando se trataba de hombres. Otra vez, me inundó la voluntad de hablarle de mis problemas.
Durante mucho tiempo había tenido muchas dudas acerca de contarle lo que sentía por Dimitri. Estar ahora con ella, me recordó que ella era mi mejor amiga. Podría contárselo todo, y ella no me juzgaría. Pero al igual que antes, perdí la oportunidad de contarle todo lo que estaba pasando por mi mente. Ella miró su despertador y se levantó de repente de la cama.
"Voy a llegar tarde! Tengo que reunirme con Christian!" La felicidad la llenó, con una nerviosa anticipación. Amor. ¿Qué podría hacer? Tragué de nuevo los celos que comenzaron a crecer en mi mente. Una vez más, Christian la alejaba de mí. Esta noche no sería capaz de contárselo.
Lissa y yo salimos de la habitación, y ella prácticamente salió corriendo, prometiendo que mañana hablaríamos. Caminé de vuelta a mi dormitorio. Cuando llegué a mi habitación, me puse delante del espejo y observé mi cara. Una marca roja me rodeaba el ojo. Hablar con Lissa, casi me hizo olvidar el incidente con mi madre. Deteniéndome para dar un vistazo más de cerca, me miré fijamente. Tal vez fuese egoísta, pero sabía que me veía bien. Usaba una talla grande de sujetador y tenía un cuerpo muy deseado en una escuela donde la mayoría de las chicas eran delgadas como súper modelos. Y como había notado, mi cara también era bonita. En un día normal, aquí yo era un 9 - 10 en uno de mis mejores días. Pero hoy? Si. Casi estaba en números negativos.
No estaría perfecta para el viaje de esquí. "Mi madre me golpeó," le conté a mi reflejo. Quien me miró con compresión. Con un suspiro, decidí que era mejor preparado para acostarme. No tenía nada más que hacer, tal vez unas horas de sueño extra apurasen el proceso de curación. Fui al baño, me lavé la cara y me cepillé el pelo. Cuando regresé a mi habitación, me puse uno de mis pijamas favoritos. La suave tela me animó. Estaba preparando mi mochila para mañana, cuando de repente una ola de emociones me inundó a través de la conexión con Lissa.
Me agarró desprevenida y no me dio oportunidad de resistirme. Era como ser derrumbada por la fuerza de un huracán, y de repente ya no estaba viendo mi mochila.
Estaba "dentro" de Lissa, experimentando su mundo de primera mano. Y fue ahí cuando las cosas se pusieron embarazosas. Por qué estaba Lissa con Christian.
Y las cosas estaban... calientes.

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