lunes, 27 de abril de 2009

Capítulo 13 traducido por Jen

La gente empezó a levantarse y a gritar, queriendo que su opinión fuese escuchada. La mayor parte de ellos compartían la misma visión: Tasha estaba equivocada. Le dijeron que estaba loca Que si los Moroi y los dhampirs luchaban contra los Strigoi, ella promovería la extinción de las dos razas. Incluso tuvieron el valor de sugerir que ese era su plan desde el principio – que de alguna manera estaba colaborando con los Strigoi. Dimitri se levantó, asqueado, mientras evaluaba el caos. "También deberíais iros. Nada útil va a suceder ahora". Mason y yo nos levantamos, pero él sacudió la cabeza cuando empecé a seguir Dimitri. "Ve tu," dijo Mason. "Quiero comprobar algo." Miré a las personas que estaban discutiendo. Me encogí de hombros. "Buena suerte". No podía creer que hubiesen pasado sólo unos pocos días desde que había hablado con Dimitri. Caminando por el pasillo con él, parecía que habían pasado años. Estar con Mason durante los últimos días había sido fantástico, pero ver a Dimitri una vez más, hizo que todos mis antiguos sentimientos por él regresaran. De repente, Mason parecía un niño. Mi estrés por la situación con Tasha también regresó, y estúpidas palabras salieron de mi boca antes de que pudiese detenerlas. "¿No deberías estar allí protegiendo a Tasha?", Le pregunté. "Antes de que la multitud le haga algo? Tendrá muchos problemas por usar la magia de esa forma" Levantó una ceja. "Ella puede cuidar de sí misma." "Eh, claro, porque es una gran luchadora y usa magia. Entiendo todo eso. Solo pensaba que como vas a ser su guardián y todo lo demás... " "¿De dónde has oído eso?" "Tengo mis fuentes." En cierto modo, decir que lo había escuchado de mi madre sonaba menos guay. "Lo has decidido, ¿no? Quiero decir, parece un buen negocio, ya que te va a dar varios beneficios... " Me dio un vistazo. "Lo qué pasa entre ella y yo no es de tu incumbencia" respondió duramente. Esas palabras me lastimaron. Parecía que lo de él y Tasha ya era asunto cerrado. Y, como sucedía cuando estaba herida, mi actitud y temperamento tomaron el control. "Bueno, estoy segura de que serán felices juntos. Es tu tipo, también - sé cuanto te gustan las mujeres que no son de tu edad. Quiero decir, ella que es, 6 años mas mayor que tu? 7? Y yo soy 7 años más joven. " "Sí", dijo después de varios segundos de silencio. "Lo eres. Y cada segundo que esta conversación continúa, sólo demuestras lo joven que eres realmente. " Whoa. Mi mandíbula casi chocó con el suelo. Ni siquiera cuando me golpeó mi madre me había dolido tanto. Por un segundo, pensé haber visto arrepentimiento en sus ojos, como si él hubiese notado cuán duras habían sido sus palabras. Pero el momento pasó, y su expresión era dura de nuevo. "Pequeña dhampir", dijo de repente una voz muy cerca. Poco a poco, todavía aturdida, me volví y vi a Adrian Ivashkov. Me sonrió y le dio a Dimitri una pequeña inclinación de cabeza como saludo. Sospeché que mi rostro estaba al rojo vivo. Cuanto había escuchado Adrian? Cruzo las manos en un gesto casual. "No quiero interrumpir ni nada. Sólo quiero hablar contigo cuando tengas tiempo". Yo quería decirle a Adrian que no tenía tiempo para jugar al juego que él quería ahora, pero las palabras de Dimitri aún me dolían. Él estaba mirando a Adrian con una mirada de desaprobación. Sospeché que él, así como todos, había oído la reputación de Adrian. Fantástico, pensé. De repente, quería que él se siente celoso. Quería lastimarlo tanto como el me había lastimado últimamente. Tragando mi dolor, le dí mi mejor sonrisa devora hombres, una que no había usado en un tiempo. Caminé hasta Adrian y puse mi mano en su brazo. "Tengo tiempo ahora." Me despedí de Dimitri y llevé a Adrian lejos, caminando cerca de él. "Nos vemos más tarde, Guardián Belikov. Los ojos oscuros de Dimitri nos siguieron con dureza. Me giré y no miré atrás. "No te iban los chicos mayores, no?" Dijo Adrian, cuando estábamos solos. "Estás imaginando cosas", le dije. "Claramente, mi sorprendente belleza te ha dejado confuso". Se rió con aquella maravillosa sonrisa. "Eso es perfectamente posible". Empecé a apartarme de el, pero puso su brazo a mi alrededor. "No, no, querías jugar a la amiga conmigo – y ahora tienes que continuar. " Hice rodar mis ojos, pero no le aparté el brazo. Podía sentir en él, el olor de alcohol, así como el olor a humo. Me pregunté si estaba borracho. Tuve la impresión de que había poca diferencia en su actitud cuando él estaba borracho o sobrio. "¿Qué quieres?", Le pregunté. Me estudió durante un momento. "Quiero que llames a Vasilisa y vengas conmigo. Nos vamos a divertir. Probablemente también necesitarás un traje de baño." El parecía decepcionado al decir esa última frase. "A menos que quieras ir desnuda". "¿Qué? Una familia de Moroi han sido asesinados, y que quieres vaya a nadar y a divertirme?" "No sólo es nadar", dijo pacientemente. "Además, esa masacre es exactamente porque deberías hacerlo." Antes de que pudiera hablar, vi a mis amigos aparecer en el pasillo. Lissa, Mason, y Christian. Eddie Castile también estaba, lo que no me sorprendía, pero también estaba Mia – lo que si me sorprendió. Estaban envueltos en una conversación, pero todos pararon cuando me vieron. "Aquí estás", dijo Lissa, con una mirada sorprendida en el rostro. Recordé que el brazo de Adrian que estaba a mi alrededor. Lo retiré. "Hey, chicos", les dije. Un momento de tensión nos rodeó nosotros, y estaba segura de haber oído una pequeña risa de Adrian. Le sonreí a él y a mis amigos. "Adrian nos está invitando a ir nadar." Me miraron sorprendidos, y casi podía ver la especulación en la cabeza de ellos. El rostro de Mason su puso algo mal humorado, pero como los otros, él no dijo nada. Reprimí un gemido. Adrian se tomó a bien que hubiese invitado a mis amigos a su descanso secreto. Con una actitud tolerante, realmente no esperaba otra cosa. Una vez tuvimos la ropa de baño, seguimos sus indicaciones hasta una puerta en la parte más lejana del hotel. Había una escalera que conducía hacia abajo - y cada vez más abajo. Estaba casi mareada de dar tantas vueltas en las escaleras. Luces eléctricas colgaban en las paredes, pero cuando más bajábamos, las paredes pintadas fueron sustituidas por piedras talladas. Cuando llegamos a nuestro destino, decubrí que Adrian tenía razón - no sólo era nadar. Estábamos en una zona especial del balneario del hotel, una que sólo era utilizada por la élite Moroi. En este caso, estaba reservado para un montón de chicos de la realeza, que presumí serían amigos de Adrian. Había unos 30 o más, todos de su edad o más, que llevaban las marcas de la riqueza y del elitismo. El balneario consistía en una serie de piscinas minerales de agua caliente. Tal vez antes había sido una cueva o algo así, pero los constructores del hotel hace mucho tiempo que se habían librado de cualquier rastro rústico. Las paredes de piedra negra y el techo estaban tan pulidas y hermosas como nada en el recurso. Era como estar en una cueva - una cueva de diseño y muy buena. Bastidores de toallas se alineaban en las paredes, así como mesas repletas de comidas exóticas. Los baños combinaban con el resto de la sala: piscinas forradas con piedras, de agua caliente que era traída de alguna fuente subterránea. El vapor llenaba la sala, y un débil olor metálico estaba en el aire. El sonido de la risa de las personas y de chapuzones hacia eco en la sala. "Por que Mia está contigo?" Le pregunté a Lissa suavemente. Estábamos caminando por la sala, en busca de una piscina que no estuviese ocupada. "Ella estaba hablando con Mason cuando nos disponíamos a salir” respondió. Ella se quedó con su voz tranquila. "Me parecía cruel... ya sabes... dejarla..." Opinaba lo mismo. En su rostro había signos evidentes de dolor, pero por lo menos, Mia parecía al menos momentáneamente distraída por lo que Mason estaba hablando con ella. "Pensé que no conocías a Adrian," dijo Lissa. Tanto en su voz como en la conexión podía sentir su desaprobación. Finalmente encontramos una piscina grande, un poco alejada del camino. Un chico y una chica se encontraban en el lado opuesto, agarrándose, pero había mucho espacio para todos. Era fácil ignorarlos. Puse un pie en el agua y lo quité de inmediato. "No lo conozco", le dije. Con cuidado volví a meter el pie, hundiendo lentamente el resto de mi cuerpo. Cuando llegó a mi estómago, hice una mueca. Estaba usando un bikini marrón, y el agua caliente contrajo mi estomago. "Debes de conocerlo un poco. Te ha invitado a su fiesta." "Sí, pero lo ves con nosotros ahora?" Ella siguió mi mirada. Adrián estaba en una piscina más alejada con un grupo de chicas con bikinis mucho más pequeños que el mío. Uno de ellos era un Betsey Johnson, uno que había visto en una revista y había deseado. Suspiré y aparté la mirada. Todos entraron en el agua. Estaba tan caliente que me sentí como si estuviera en una sopa. Ahora que Lissa parecía convencida de mi inocencia con Adrian, escuché otras conversaciones. "¿De qué habláis?" Les interrumpí. Era más fácil que escuchar y descubrirlo por mi misma. "Sobre la reunión", dijo Mason emocionado. Aparentemente, había superado el haberme visto con Adrian. Christian estaba sentado en una plataforma de la piscina. Lissa estaba agachada a lado. El colocó un brazo a su alrededor. "Tu novio quiere conducir un ejército contra los Strigoi", dijo. Percibí que lo estaba diciendo para provocarme. Miré a Mason. No valía la pena discutir el comentario de "Novio". "Oye, fue tu tía quien lo sugirió", Le recordó Mason a Christian. "Ella solo dijo que teníamos que encontrar a los Strigoi antes de que ellos nos encontrasen a nosotros", dijo Christian. "Ella no estaba sugiriendo que luchasen los principiantes. Quien sugirió eso fue Monica Szelsky". Una camarera llegó con varias bebidas rosas. Los vasos de cristal eran largos y elegantes. Sospeché firmemente que eran bebidas alcohólicas. No tenía ni idea de lo que eran. La mayor parte de mi experiencia con el alcohol implicaba cerveza barata. Cogí un vaso y me dirigí a Mason. "¿Crees que eso es una buena idea?" Le pregunté. Probé la bebida con cuidado. Como guardiana en formación, sentí que siempre debía estar alerta, pero hoy sentía de nuevo el deseo de ser rebelde. La bebida sabía como el ponche. Zumo de naranja. Algo dulce, como la fresa. Todavía estaba segura de que tenía alcohol, pero parecía lo suficientemente fuerte como para emborracharme. Otra camarera apareció con una bandeja de alimentos. Miré y prácticamente no reconocí nada. Había algo que se parecía mucho a las setas rellenas de queso y algo que parecía también pasteles de carne o embutidos. Como una buena carnívora, cogí una, pensando que no podría ser tan malo. "Es foie gras," dijo Christian. Tenía una sonrisa en su cara que no me gustó. Le miré con cautela. "¿Qué es eso?" "No lo sabes?" Su tono era engreído y por primera vez en su vida, se parecía a alguien de la realeza que compartía sus conocimientos con los subalternos. Se rió. "Pruébalo y descúbralo". Lissa suspiró exasperada. "Es hígado de pato." Lo regresé a la bandeja. La camarera continuó, y Christian se rió. Miré para él. Mientras tanto, Mason estaba todavía ocupado con la cuestión de si era buena idea que los novatos fuesen a la batalla antes de la graduación. "¿Qué más vamos a hacer?" Él preguntó indignado. "¿Qué estás haciendo? Todo lo que haces es dar vueltas corriendo con Belikov todas las mañanas. ¿Qué está haciendo eso por ti? Por los Moroi? " Qué estaba haciendo por mí? Estaba haciendo que mi corazón latiese mucho más fuerte y que mi mente tuviese pensamientos indecentes. "Nosotros no estamos listos", dije en cambio. "Sólo disponemos de 6 meses más", se inmiscuyó Eddie. Mason hizo un gesto con la cabeza en apoyo. "Si. ¿Cuánto más podemos aprender? " "Mucho", le dije, pensando en lo mucho que había aprendido en los entrenamientos con Dimitri. Terminé mi bebida. "Y eso a donde nos llevaría? Digamos que terminamos seis meses antes la formación, y que nos envíen a una misión. ¿Qué sigue? Que decían que acabemos un año antes? O en nuestro primer año? " Se rió. "No tengo miedo de luchar. Podría haber terminado con un Strigoi cuando estaba en segundo año. " "Sí", le dije secamente. "Como cuando estábamos esquiando". La cara de Mason, que ya estaba roja por el calor, se volvió aún más roja. Me arrepentí de inmediato de mis palabras, especialmente cuando Christian comenzó a reírse. "Nunca pensé viviría para ver el día en el que me pusiera de acuerdo contigo, Rose. Pero, lamentablemente, estoy de acuerdo." La camarera regresó de nuevo y Christian y yo cogimos nuevas bebidas. "Los Moroi tienen que comenzar a ayudar a defenderse a si mismos." "Con magia?" preguntó Mia de repente. Era la primera vez que hablaba desde que había llegado aquí. El silencio la encontró. Creo que Eddie y Mason no respondieron porque no sabía nada acerca de los combates con magia. Lissa, Christian, y yo sabíamos - y estábamos intentando hacer que no lo sabíamos. Una pequeña esperanza brillaba en sus ojos Mia, y sólo podía imaginar por lo que ella estaba pasando. Se despertó para encontrar que su madre había muerto, para después ser sometida a horas y horas de políticas irritantes y estrategias de batalla. El hecho de que estuviese aquí sentada semi-compuesta parecía un milagro. Supongo que la gente que en realidad gusta de su madre no son capaces de funcionar en este tipo de situaciones. Cuando parecía que nadie más iba a responder a lo que dijo ella, finalmente dije: "Supongo que sí. Pero... No sé mucho sobre eso. " Terminé el resto de mi bebida y cerré los ojos, esperando a que alguien siguiese con la conversación. No continuó. Mia parecía decepcionada, pero no dijo nada cuando Mason volvió a la discusión de los Strigoi. Cogí una tercera bebida y me hundí en el agua todo lo posible. Esta bebida era diferente, parecía chocolate y tenía como una crema por encima. La probé, y sentí un poco del sabor del alcohol. Aun así, supone que el chocolate probablemente lo diluiría. Cuando estaba lista para tomar la cuarta copa, no vi a la camarera por ningún lugar. Mason me parecía muy, muy lindo de repente. Me hubiera gustado su atención romántica, pero todavía estaba hablando de los Strigoi y la logística de hacer un ataque en la mitad del día. Mia y Eddie estaban de acuerdo con él, ambos entusiasmados, y tuve la impresión de que si él decidía ir a cazar Strigoi ahora, ambos lo seguirían. Christian participaba en la conversación, pero era más la reproducción del abogado del diablo. Típico. El creía que el ataque necesitaría tanto de guardianes como de los Moroi, como dijo Tasha. Mason, Mia y Eddie discutían que si los Moroi no estaban dispuestos, los guardianes deberían hacerse cargo. Confieso que su entusiasmo era contagioso. Medio me gustaba la idea de atacar a los Strigoi. Pero en el ataque a los Badica y a los Drozdov, todos los guardianes habían sido asesinados. Había que admitir que los Strigoi se habían organizado en grupos y habían tenido ayuda, pero todo lo que decían era que debíamos ser extremadamente cuidadosos. Dejando de lado el cariño, no quería seguir oyendo a Mason hablando sobre habilidades de combate. Quería otra bebida. Me levanté y fui hasta el borde de la piscina. Para mi sorpresa, el mundo empezó a girar. Esto había sucedido antes, cuando había salido del baño demasiado rápido, pero cuando el mundo no dejó de girar, me di cuenta de que las bebidas eran más fuertes de lo que pensaba. También decidí que el 4º no era una buena idea, pero no quería volver y decirles a todos lo borracha que estaba. Me fui hasta el cuarto más alejado en donde había visto a la camarera desaparecer. Mientras caminaba, prestaba una atención especial al suelo resbaladizo, imaginando que caer en una de las piscinas y romperme la cabeza, me costaría puntos en la escala de estilo. Prestaba tanta atención a mis pies y al no tambalearme, que choqué con alguien. A mi crédito, fue culpa suya, él se había apoyado en mí. "Oye, cuidado", le dije, estabilizándome. Pero él no me estaba prestando atención. Sus ojos estaban puestos en otro chico, un tipo al que le sangraba la nariz. Acababa de meterme en medio de una pelea.

Capítulo 12 traducido por Jen

Estaba fuera de la cama en un segundo. Todo el hotel era un enorme lío debido a las noticias. La gente se agrupaba en los pasillos. Los familiares se buscaban entre ellos. Algunas conversaciones se realizaron en susurros aterrorizados; algunos en voz alta y fáciles de escuchar. Paré a algunas personas, intentando escuchar la historia correcta. Sin embargo, tenían una versión diferente de lo que había ocurrido, o no se paraban a hablar. Pasaban a toda prisa, o en busca de su familia o preparándose para salir del hotel, convencidos de que habría algún lugar más seguro en otros lugares. Frustrada con las diferentes historias, finalmente - a regañadientes - sabía que tenía buscar las dos fuentes que me darían una información sólida. Mi madre o Dimitri. Era como tirar una moneda al aire. Ninguna de las dos me gustaba en este momento. Debatí momentáneamente y, por último, me decidí por mi madre, a sabiendas de que no estaría con Tasha Ozera. La puerta de la habitación de mi madre estaba entre abierta y yo y Lissa entramos y vi que habían montado un cuartel temporal. Varios guardianes estaban agrupados, entrando y saliendo, discutiendo estrategias. Algunos nos miraron extrañados, pero nadie nos paró. Lissa y yo nos sentamos en un pequeño sofá y escuchamos la conversación que mi madre estaba teniendo. Estaba con un grupo de guardianes, uno de ellos era Dimitri. Y yo que lo quería evitar. Sus ojos marrones me miraron brevemente y yo desvié la mirada. No quería tratar con mis perturbados sentimientos para él ahora. Lissa y yo descubrimos todos los detalles. Ocho Moroi habían sido asesinados junto con sus cinco guardianes. Tres Moroi estaban desaparecidos, muertos o transformados en Strigoi. El ataque no había ocurrido por las cercanías; había sido en algún lugar cerca del norte de California. Aun así, una tragedia como esta no puede dejar de hacerse eco en el mundo de los Moroi, y para algunos, dos estados de distancia era muy cerca. La gente estaba aterrorizada, y pronto supe por que este ataque era tan notable. "Ellos debían de ser más que la última vez", dijo mi madre. "Más?” Exclamó uno de los otros guardianes. "Ese último grupo fue un hecho sin precedentes. Y todavía no puedo creer que nueve Strigoi consiguieran trabajar juntos con éxito - esperas que crea que se las arreglaron para ser aún mas? ""Sí ", dijo mi madre. "Hay alguna prueba de la implicación de seres humanos?" Alguien le preguntó. Mi madre dudó y entonces dijo: "Sí. Más custodias rotas. Y por la forma en que lo hicieron... es idéntico al ataque de la casa de los Badica." Su voz era dura, pero también reflejaba un toque de cansancio. Sin embargo no era agotamiento físico. Percibí que era mental. El estrés y el dolor de lo que estaban hablando. Siempre pensé que mi madre era una especie de insensible máquina de matar, pero claramente esto era difícil para ella. Era un duro, y feo asunto a discutir -, pero al mismo tiempo, hablaba sin vacilar. Era su deber. Se formó un nudo en mi garganta pero me lo tragué rápidamente. Humanos. Idéntico al ataque de los Badica. Desde la matanza, analizamos estrictamente la extrañeza de que un grupo tan grande de Strigoi se juntasen y reclutasen a seres humanos. Hablamos en términos vagos de "sí algo así vuelve a suceder…" Pero nadie había hablado seriamente sobre que ese grupo - los asesinos de los Badica – lo hiciese de nuevo. Un vez era coincidencia - quizás un grupo de Strigoi se habían reunido por casualidad y por un impulso habían decidido invadir y atacar por sorpresa una casa. Era horrible, pero podíamos entenderlo. Pero ahora... ahora parecía que ese grupo de Strigoi no tenía sido hecho por casualidad. Ellos se habían unido con un propósito, usaron seres humanos estratégicamente, y habían atacado de nuevo. Ahora teníamos lo que podría ser un patrón: Strigoi buscando un grupo grande de presas. Asesinos en serie. No podíamos contar con la magia protectora de las custodias. Ni tan siquiera podíamos contar con la luz del sol. Los humanos se podían mover durante el día, explorando y saboteando. La luz ya no era segura. Recordé lo que le había dicho a Dimitri en la casa de los Badica: Esto lo cambia todo, verdad? Mi madre rebuscó en los documentos que había en la mesa. "Aún no hay detalles forenses, pero el mismo número de Strigoi no podría haberlo hecho. Ninguno de los Drozdovs o cualquiera de su equipo escapó. Con cinco guardianes, siete Strigoi estarían ocupados - al menos temporalmente – evitando que alguien escapase. Fueron 9 ó 10, tal vez." "Janine tiene razón", dijo Dimitri. "Y si observas la escena del crimen... es muy grande. Siete no podrían cubrirlo todo". Los Drozdovs eran una de las doce familias reales. Eran muchos y muy prósperos, a diferencia de clan al borde de la muerte de Lissa. Tenían muchos familiares, pero por supuesto, un ataque como este seguía siendo horrible. Sin embargo, algo me molestó. Había algo que tenía que recordar... algo que debería saber sobre los Drozdovs. Mientras una parte de mí trataba de averiguar de qué se trataba, la otra observaba a mi madre fascinada. Había escuchado sus historias. Había visto y sentido su lucha. Pero en realidad, nunca la había visto en acción en una verdadera crisis. Revelaba cada parte de aquel control que ella mostraba a mí alrededor, pero en este caso, podía ver cuán necesario era. Una situación como está generaba pánico. Incluso entre los guardianes, podía ver que algunos estaban tan alarmados que querían hacer algo drástico. Mi madre era la voz de la razón, un recordatorio de que tenían que mantenerse centrados y evaluar la situación. Su compostura los calmaba; su fortaleza los inspiraba. Así, me di cuenta, es como un líder se comporta.Dimitri estaba tan controlado como ella, pero dejó que ella se ocupara de todo. Siguieron discutiendo el ataque, como los Drozdovs estaban celebrando la navidad con retraso cuando fueron atacados. "Primero los Badica, ahora los Drozdovs", murmuró un guardián. "Están yendo detrás de la realeza." "Van detrás de los Moroi", dijo Dimitri. "Realeza. Plebeyos. No importa. " La realeza. Plebeyos. De repente supo por que los Drozdovs eran tan importantes. Mis instintos espontáneos querían saltar y hacer una pregunta ahora mismo, pero sabía mucho más. Esto era algo serio. No era hora de comportarme irracionalmente. Quería ser tan fuerte como mi madre y Dimitri, así que esperé a que finalizara la conversación. Cuando el grupo comenzó a separarse, me levanté del sofá y fui hablar con mi madre. "Rose", dijo, sorprendida. Como en la clase de Stan, no me había notado en la habitación. "¿Qué estás haciendo aquí?" Era una tan pregunta estúpida que no le respondí. Qué creía que estoy haciendo aquí? Esto era una de las cosas más grandes que estaba aconteciendo con los Moroi. Apunté a la mesa. "¿Quién más murió?" La irritación arrugó su frente. "Drozdovs". "Pero, ¿quién más?" "Rose, no tenemos tiempo-" "Tenían empleados, ¿no? Dimitri dijo plebeyos. ¿Quiénes eran? " Una vez más, vi la fatiga en ella. Sentía esas muertes. "No sé todos los nombres". Pasando unas pocas páginas, giró los papeles hacia mí. "Aquí". Miré la lista. Mi corazón se hundió. "Muy bien", le dije. "Gracias". Lissa y yo los dejamos con sus asuntos. Me gustaría ayudar, pero los guardianes trabajaban eficazmente ellos solos, no era necesario que los principiantes anduviesen detrás de ellos. "¿A qué se debía eso?" dijo Lissa, cuando llegamos a la parte principal del hotel. "Los empleados de los Drozdovs", le dije. "La madre de Mia trabajaba para ellos..." Lissa jadeó. "¿Y?" Suspiré. "Y su nombre está la lista." "Oh Dios." Lissa detuvo la marcha. Miró a la nada, parpadeando y derramando lágrimas. "Oh Dios ", repitió. Me puse delante de ella y coloqué mis manos sobre sus hombros. Ella estaba temblando. "Todo está bien", le dije. Su temor me llegaba en ondas. "Todo estará bien." “Ya los has escuchado", dijo. "Hay un bando organizado de Strigoi atacándonos! ¿Cuantos? ¿Ellos vienen hacia aquí? " "No", dije. No tenía evidencias de eso. "Aquí estamos seguros". "Pobre Mia..." No había nada que pudiese decir al respecto. Pensaba que Mia era una perra, pero no le deseaba eso a nadie, ni a mi peor enemigo – lo que, técnicamente, ella era. Inmediatamente, corregí ese pensamiento. Mia no era mi peor enemigo. No podía dejar de lado a Lissa el resto del día. Sabía que no había Strigoi en el hotel, pero mis instintos protectores eran fuertes. Los guardianes protegían a los Moroi. Como siempre, también me preocupe por que ella no estuviese molesta ni ansiosa, así que intenté por todos los medios calmar esos sentimientos. Los demás guardias también vigilaban a los Moroi. No andaban detrás de ellos, sino que reforzaron la seguridad del hotel y están en constante comunicación con los guardianes que estaban en el lugar del ataque. La información fluyó durante todo el día acerca de los terribles detalles, así como la especulación acerca de donde estaba la banda de Strigoi. Por supuesto, poco de eso fue compartido con los principiantes. Mientras que los guardias hacían lo que ellos hacían mejor, los Moroi - por desgracia – hacían lo de ellos: hablar. Con tantos de la realeza y otro importantes Moroi, se organizó una reunión esa noche para discutir lo que sucedió y lo que debería hacerse en el futuro. Nada oficial podría ser decidió en este caso; los Moroi tenían una reina y un consejo de gobierno para ese tipo de decisiones. Todo el mundo sabía, sin embargo, que las opiniones aquí recogidas llegarían hasta la cadena de mando. Nuestra seguridad futura podría muy bien depender de lo que se discutiría en esa reunión. Se celebró en una enorme sala de banquetes del hotel, con una plataforma y muchos asientos. A pesar de la atmósfera, se podía notar que esta sala había sido diseñada para cosas distintas de las reuniones para discutir las matanzas y la defensa. La alfombra tenía una textura de terciopelo y estaba decorada con un diseño ornamental de flores en tonos plata y negro. Las sillas eran de madera negra y pulida y tenían grandes respaldos, claramente hechas para cenas elegantes. Cuadros de Moroi de la realeza muertos hace mucho tiempo estaban colgados en la pared. Observé brevemente una con el nombre de una reina no conocía. Vestía un traje antiguo - con muchos lazos para mi gusto - y tenía el cabello pálido como el de Lissa. Un tipo que no conocía era el encargado de la moderación y se dirigió a la plataforma. La mayor parte de la realeza estaba reunida en frente de la sala. Todos los demás, incluidos los estudiantes, se sentaron donde pudieron. Christian y Mason nos encontraron en ese momento, y cuando empezamos a sentarnos al fondo Lissa negó con la cabeza. "Vamos a sentarnos delante". Los tres la miramos. Estaba tan sorprendida que ni tan siquiera podía leer sus pensamientos. "Mirad." Señaló. "La realeza está sentada en la parte delantera, sentados por familias". Era cierto. Miembros del mismo clan se sentaban unos cerca de los otros. Badicas, Ivashkovs, Zekloses, etc. Tasha estaba sentada allí, pero ella estaba sola. Christian era el único otro Ozera allí. "Debo estar allí", dijo Lissa. "Nadie espera que lo hagas," le dije. "Tengo que representar a los Dragomirs". Christian bromeó. "Es sólo un montón de mierda de la realeza." Su rostro estaba decidido. "Tengo que ir allí." Me abrí a los sentimientos de Lissa y me gustó lo que encontré. Había pasado la mayor parte del día tranquila y con miedo, sobre todo cuando había descubierto lo de la madre de Mia. Aquel miedo todavía estaba con ella, pero estaba siendo suprimido por su confianza y determinación. Reconoció que era una de los Moroi que comandaban, y aunque la idea de una banda de Strigoi la asustaba, ella quería ser parte de esto. "Deberías", le dije suavemente. También me gustaba la idea de ella desafiando a Christian. Lissa encontró mi mirada y sonrió. Ella sabía lo que yo estaba sintiendo. Un momento más tarde, se giró a Christian. "Deberías reunirte con tu tía." Christian abrió su boca en señal de protesta. Si no fuese por el horror de la situación, ver a Lissa mandar hubiese sido gracioso. El siempre era tan terco y difícil; aquellos que intentaban controlarlo no podían. Viendo su cara, vi que la misma reacción que yo había tenido al ver la decisión de Lissa, cubría la de el. También le gustaba ver la fortaleza de Lissa. Presionó sus labios haciendo una mueca. "Ok" Le cogió la mano, y los dos caminaron hacia adelante. Mason y yo nos sentamos. Justo antes de que comenzase, Dimitri se sentó a mi otro lado, su pelo recogido en una coleta. Le miré sorprendido, pero no dijo nada. Había algunos guardianes en esa reunión, pero la mayoría estaban demasiado ocupados haciendo un control de daños. Esto prometía. Allí estaba yo, entre mis dos hombres. La reunión comenzó poco después de eso. Todos estaban ansiosos de hablar de cómo creían que los Moroi estarían más seguros, pero en realidad, dos teorías llamaron mi atención. "Esta es una preocupación para todos nosotros", dijo uno de la realeza, cuando tuvo la oportunidad de hacer uso de la palabra. Él estaba en su silla y miró alrededor de la sala. "Aquí. En lugares como este hotel. Y la Academia de San Vladimir. Enviamos a nuestros hijos a lugares seguros, lugares que son seguros debido a los números y puedan ser protegidos fácilmente. Y miren ¿cuántos de nosotros estamos aquí, niños y adultos por igual. ¿Por qué no vivimos de esta forma? " "Muchos de nosotros ya viven así", gritó alguien detrás. El hombre hace caso omiso. "Algunas familias aquí y allá. O una ciudad con muchos Moroi. Pero esos Moroi todavía están descentralizados. La mayoría no utiliza sus recursos - sus guardianes, su magia. Si podemos emular este modelo..." Expandió sus manos "... nunca tendremos que preocuparnos de los Strigoi de nuevo." "Y los Moroi no podrán interactuar con el resto del mundo de nuevo", murmuré. "Bueno, hasta que los seres humanos encuentren las ciudades de vampiros secretas propagándose por ahí. Entonces si que habría mucha interacción". La otra teoría acerca de cómo proteger a los Moroi tenía algunos problemas de lógica, pero un mayor impacto - en particular para mí. "El problema es que no tenemos suficientes guardianes". Esa teoría fue remitida por una mujer de la familia Szelsky. "Y entonces, la respuesta es simple: conseguir más. Los Drozdovs tenían cinco guardianes, y no fue suficiente. Sólo seis para proteger a una docena de Moroi! Eso es inaceptable. No es de extrañar que este tipo de cosas estén sucediendo". "¿De dónde propones obtener más guardianes?" Preguntó el hombre que había hablado de juntar a los Moroi. "Ellos son un recurso limitado". Ella apuntó hacia donde yo y unos cuantos principiantes más estábamos sentados. "Ya tenemos varios. Los he visto entrenar. Son letales. ¿Por qué esperar hasta que cumplan los 18 años? Si aceleramos el programa de formación y los centramos en prepararse para el combate que en los libros, podemos transformarlos en nuevos guardianes cuando cumplan los 16. " Dimitri hizo un sonido bajo con la garganta que no parecía feliz. Se inclinó hacia adelante, poniendo los codos sobre las rodillas y descansando la barbilla en las manos, cerrando los ojos mientras pensaba. "No sólo eso, muchos de los posibles guardianes se están desperdiciando. ¿Dónde están todas las mujeres dhampir? Nuestras razas están vinculadas. Los Moroi están haciendo su parte ayudando a los dhampir a sobrevivir. Porque las mujeres dhampir no están haciendo la de ellas? ¿Por qué no están aquí? " Una larga y sofocada risa fue la respuesta. Todos los ojos se giraron hacia Tasha Ozera. Aunque la mayoría de la realeza se había engalanado, ella estaba simple y casual. Vestía jeans, un top de color blanco que mostró un poco de si figura y un cárdigan de lana que le llagaba hasta las rodillas. Mirando hacia el moderador, le preguntó, "¿Puedo?" El estuvo de acuerdo. La mujer Szelsky se sentó; Tasha se levantó. A diferencia de los demás oradores, fue hasta la plataforma, para que pudiese ser vista claramente por todos. Su pelo brillante estaba atado en una coleta, exponiendo sus cicatrices completamente, lo que se sospeché que fue intencional. Su rostro era audaz y desafiante. Bello. "Esas mujeres no están aquí, Mónica, porque están muy ocupadas, criando a sus hijos - ya sabes, eses que quieres comenzar a mandar a la batalla apenas comiencen a aprender a caminar. Y por favor no nos insultes, actuando como si los Moroi hiciésemos un gran favor a los dhampirs ayudándolos a reproducirse. Tal vez sea diferente en tu familia, pero para el resto de nosotros, el sexo es divertido. Los Moroi que salen con los dhampirs no están haciendo ningún sacrificio". Dimitri se enderezó, su expresión ya no estaba irritada. Probablemente estaba emocionado porque su nueva novia había mencionado el sexo. La irritación me inundó, y esperaba que la gente pensase, que la mirada asesina que había en mi rostro, era por los Strigoi y no por la mujer que estaba hablando. Mas allá de Dimitri, noté a Mia, que estaba sentada sola. No había notado que ella estaba aquí. Estaba hundida en su asiento. Sus ojos enrojecidos, la cara más pálida de lo habitual. Un extraño dolor quemó mi pecho, uno que nunca esperé que ella me produjese. "Y la razón por la que esperamos a que los guardianes cumplan los 18, es para dejarles aprovechar una pretensión de vida antes de obligarlos a pasar el resto de sus días en constante peligro. Necesitan eses años extras para desarrollarse mental y físicamente. Utilizarlos antes de que estén listos, tratarlos como parte de una cadena de montaje - entonces solo estarás criando carne para los Strigoi". Algunas personas pusieron el grito en el cielo ante la elección de palabras de Tasha, pero con eso, ella consiguió la atención de todos. "Crearás más comida haciendo que las demás mujeres dhampir se convirtiesen en guardianes. No puedes obligarlas a hacer algo que no quieren. Todo tu plan para lograr más guardianes se basa en sacrificar poniéndolos en el camino del peligro, sólo para que estés un poco por delante del enemigo. Diría que este es el plan más estúpido que he oído, si no hubiera oído el de él. " Apuntó hacia el primer orador, el que había propuesto una reunión de Moroi. La vergüenza apareció en sus rasgos."Entonces ilumínanos, Natasha", dijo. "Viendo la experiencia que tienes con los Strigoi, dinos lo que piensas que debemos hacer". Una pequeña sonrisa apareció en los labios de Tasha, pero no se molestó por el insulto. "¿Lo que pienso?" Caminó más de cerca del centro de la plataforma, mirando a la multitud mientras respondía a la pregunta. "Creo que deberíamos detener los planes que implican depender de alguien o algo para protegernos. Creéis que tenemos pocos guardianes? Ese no es el problema. El problema es que hay muchos Strigoi. Y somos nosotros quienes dejamos que se multipliquen y se vuelvan más poderosos, porque no hacemos nada para evitarlo. Corremos y nos escondemos detrás de los dhampirs y dejamos escapar a los Strigoi. Es culpa nuestra. Somos la razón por la cual los Drozdovs murieron. ¿Quieres un ejército? Bueno, aquí estamos. Los dhampirs no son los únicos que pueden aprender a luchar. La pregunta, Mónica, no es porque las mujeres dhampir no están luchando. La pregunta es: ¿Por qué nosotros no lo estamos? " Tasha gritaba ahora, y el esfuerzo la hizo ponerse colorada. Sus ojos brillaban con sus sentimientos apasionados, y combinado con el resto de sus facciones - e incluso con la cicatriz – era una figura impresionante. La mayoría de la gente no podía apartar los ojos de ella. Lissa observaba a Tasha con admiración, inspirada por sus palabras. Mason parecía hipnotizado. Dimitri parecía impresionado. Y más allá... Mas allá, estaba Mia. Ya no estaba tirada en la silla. Estaba sentada derecha, derecha y firme, sus ojos no podían estar más salvajes. Miraba a Tasha como si solamente ella tuviese todas las respuestas de la vida. Monica Szelsku parecía menos respetuosa, mientras miraba a Tasha. "Ciertamente no estás sugiriendo que los Moroi luchen con los guardianes cuando vengan los Strigoi?" Tasha la miró sin inmutarse. "No. Estoy sugiriendo que los Moroi y los guardianes luchen juntos contra los Strigoi antes de que vengan." Un tipo de unos veinte años que parecía un modelo de Ralph Lauren se levantó. Podía apostar que el también era de la realeza. Nadie podía permitirse el lujo de pagar unas mechas rubias tan perfectas. Llevaba un suéter atado a la cintura, se lo quitó y lo puso alrededor de su silla. "Oh," dijo en una voz burlona, hablando sin haber pedido la palabra. "Entonces nos darás palos y estacas y nos mandarás a luchar? " Tasha se encogió de hombros. "Si fuese necesario, Andrew, por supuesto". Una sonrisa cruzó sus labios. "Pero también tenemos unas armas que podemos usar. Una que los guardianes no pueden". Su cara demostraba claramente lo alocada que le parecía esa idea. Hizo rodar los ojos. "¿Sí? ¿Como qué? " Su sonrisa se convirtió en una risa. "Como esto." Ella giró la mano y el suéter que estaba en la silla se incendió. El gritó sorprendido y lo tiró al suelo, pisando el suéter con los pies. Hubo una breve y colectiva falta de aire en la habitación. Entonces... el caos se hizo cargo.

Capítulo 11// Vampire Academy 2 // Frostbite

Lissa se había levantado e ido antes incluso que yo me despertara por la mañana, que significaba que tenía el cuarto de baño para prepararme el día. Amaba ese cuarto de baño. Era enorme. Mi cama gigante habría cabido confortablemente dentro de él. Una ducha con tres chorros distintos me despertó, aunque mis músculos me dolían de ayer. Mientras estaba parada delante del espejo de cuerpo, me peine el pelo, me decepcione un poco al ver que el moratón seguía allí. Era perceptiblemente más ligero, sin embargo, se había vuelto amarillento. Un poco de corrector y polvo lo cubrieron totalmente.Me dirigí en busca de alimento. El comedor estaba cerrado para el desayuno, pero una de las camareras me dio un par de mazapanes de melocotón y me fui. Mascando uno mientras andaba, amplié mis sentidos para conseguir saber donde estaba Lissa. Después de un par de veces, la sentí al otro lado de la casa de campo, lejos delos cuartos de estudiantes. Seguí la pista hasta que llegué a una habitación del tercer piso. Golpeé.Christian abrió la puerta.-La bella durmiente llegó. Bienvenida.-Él me llevó hacia dentro. Lissa estaba sentada de piernas cruzadas en la cama del cuarto y sonrió en cuando me vio. La habitación era tan lujosa como la mía, pero la mayoría de los muebles habían sido empujados para dejar espacio, en ese espació parada, estaba Tasha.-Buenos días- dijo-Hey- le dije. Tratando de evitarla.Lissa acarició un lugar a su lado.-Tienes que ver esto--¿Qué pasa?- Me senté en la cama y termine el último de mis bollos.-Cosas malas- dijo maliciosamente. –Lo aprobaras-Christian caminó a lo largo del espacio vacío y se enfrento a Tasha. Se miraron, olvidándose de Lissa y yo. Aparentemente, había interrumpido algo.-Entonces ¿Por qué no puedo tan sólo consumir el hechizo?-Preguntó Christian.-Debido a que utiliza una gran cantidad de energía. Dijo ella. Incluso con pantalones vaqueros, una cola de caballo y la cicatriz se las arreglo para verse ridículamente linda. –Además, lo más probable es que mataras a tu oponente.-Se burló -¿Por qué no quería matar a un Strigoi?--Podría ser que no siempre estuvieras luchando en contra uno. O a la mejor necesites información sobre ellos. A pesar de todo, tú debes estar preparado de todas las maneras.-Me di cuenta de que estaban practicando magia ofensiva. El entusiasmo y el interés substituyeron el cabreo que había cogido al ver a Tasha. Lissa no estaba haciendo broma cuando dijo que estaban haciendo “cosas malas”. Yo siempre había sospechado de la magia ofensiva, pero…WOW. Pensar en ello y ver que es realidad son cosas muy distintas. El uso dela mágica como arma estaba prohibido. Un hecho castigable. Un estudiante que experimentara con ella podría ser perdonado y simplemente disciplinarlo más, pero que un adulto enseñando a un menor… sí. Tasha podrá verse en serios problemas. Durante medio segundo, jugué con la idea de delatarla. Inmediatamente, rechacé esa idea. Yo la odio por ir con Dimitri, pero parte de mí cree que es una suerte que ella y Christian lo estuvieran haciendo. Además, se acababa de enfriar.-Un hechizo de distracción es casi igual de útil.-Continuo. Sus ojos azules adquirieron un foco intenso qua a menudo veía conseguir a un Moroi mientras usaba la magia. Su muñeca chasqueó hacia delante, y una raya de fuego serpenteo más allá de la cara de Christian. No lo toco, por la forma en que se estremeció, sospeche que había sido lo suficientemente cerca como para notar el calor.-Pruébalo- Dijo ella.Christian dudó un momento y luego hizo el mismo movimiento con la mano. Una raya de fuego Salió, pero no tenía ningún control comparado con el de ella. También tenía muy mala puntería. Fue directo a su cara, pero antes de que le tocara, se dividió y partió alrededor de él, casi como si hubiera golpeado contra una protección invisible. Ella la desvió con su propia magia.-No está mal, a parte del hecho que casi has quemado mi cara.- No creo que quemara su cara, pero su pelo… ah sí. Veríamos como de guapa estaría ella sin esa melena negra.Ella y Christian practicaron un rato más. Él mejoró con el paso del tiempo, a pesar de que claramente le faltó para tener la habilidad de Tasha. Mi interés creció y creció a medida que pasó el tiempo, y me encontré meditando todas las posibilidades que este tipo de magia podía ofrecer.Se termino la lección cuando Tasha dijo que se tenía que ir. Christian suspiro, claramente frustrado por no haber sido capaz de dominar el hechizo en una hora. Su carácter competitivo era casi tan fuerte como el mío.-Aun creo que sería más fácil quemarlos totalmente.- Argumentó.Tasha sonrió mientras se cepillaba su pelo en una cola de caballo más apretada. Sí. Ella podría definitivamente quedarse sin su pelo, especialmente cuando sabía lo mucho que le gustaba a Dimitri el pelo largo.-Es más fácil, porque implica menos energía. Es descuidado. Tú magia será más fuerte a largo plazo si puedes aprender a hacer esto. Y como he dicho, tiene otras utilidades.-Yo no quería estar de acuerdo con ella, pero no pude evitarlo.-Podría ser muy útil si lucharas junto a tu guardián.- Dije con emoción.- Especialmente si quemar completamente un Strigoi se necesita tanta energía. De esta manera, utilizarías sólo una rápida ráfaga de poder para distraer el Strigoi. Y se distrajeran con el incendio, ya que lo odian tanto. Entonces ese es todo el tiempo que necesita un guardián para estacarlos. Podrías controlar un manojo entero de Strigoi de esta manera.-Tasha me hizo una mueca. Algunos Moroi como Lissa y Adrian sonreían sin mostrar los dientes. Tasha si que mostro los suyos, incluidos los colmillos.-Exactamente. Tú y yo deberemos ir algún día a cazar Strigois.- Se burló.-No lo creo.- Le respondí.Las palabras en si mismas no eran tan malas, pero el tono que utilicé para decirlas sin duda lo fue. Frio. Hostil. Tasha me miró momentáneamente sorprendida de mi brusco cambio de actitud, pero sólo se encogió de hombros. El choque de Lissa me llegó a través del enlace.Sin embargo, a Tasha no parecía incomodarle. Ella hablo con nosotros un poco más y hizo planes para ver a Christian en la cena. Lissa me dio una fuerte mirada mientras ella, Christian y yo bajábamos una escalera de caracol que conducía hasta el vestíbulo.-¿Qué fue eso?-Me preguntó-¿De qué estas hablando?-pregunté inocentemente.-Rose.- Dijo de manera significativa. Es difícil jugar al tonto cuando tu amiga sabía que podías leerle la mente. Sabía exactamente de lo que estaba hablando.-Fuiste una perra con Tasha.--Yo no fui una perra con Tasha.--Fuiste grosera- Exclamó ella, un grupo de niños Moroi estaban lloriqueando en el vestíbulo. Se agruparon y un instructor de esquí Moroi de aspecto cansado los siguió.Puse mis manos en las caderas.-Mira, yo sólo estoy de mal humor ¿De acuerdo? No dormí mucho. A demás, no soy como tú. No tengo que ser amable todo el tiempo.-Lissa me miraba más sorprendida que herida. Christian me frunció el ceño, presionandome, cuando Mason apareció misericordiosamente. No llevaba ningún yeso o cualquier otra cosa, pare cojeaba ligeramente al andar.-Hola. Cuanto tiempo- Le dije. Resbalando mi mano dentro la suya.Christian dejo ir su enfado conmigo y se giró hacia Mason - ¿Es verdad que hiciste un movimiento suicida que finalmente te atrapó?Mason me miro -¿Es cierto que estuviste saliendo con Adrian Ivashkov?--Yo ¿Qué?--He oído que os emborrachasteis anoche.--¿En serio?- Preguntó Lissa, asustada.Mire todas sus caras. -¡NO, por supuesto que no! Yo apenas lo conozco.--Pero lo conoces- Insistió Mason.-Apenas--Él tiene mala reputación.- advirtió Lissa.-Sí.- Dijo Christian –Él va atrás de un montón de chicas.-No podía creérmelo. -¿Creen que les mentiría? Hablé con él, como unos, cinco minutos! Y sólo porque me bloqueaba el paso ¿De donde han sacado todo esto?- Inmediatamente me conteste la pregunta. –Mia-Mason asintió y me miro avergonzó. -¿Des de cuando hablas con ella?- Le pregunté-Me encontré con ella, eso es todo.- Me dijo-¿Y tú te la crees? Tú sabes que esta mintiendo todo el tiempo.--Sí, pero por lo general hay algo de cierto en sus mentiras. Hablaste con él.--Sí. Hablé. Eso es todo.-Realmente intente reflexionar sobre la manera en que había reaccionado Mason, y creo que no confiaba en mí. Él me había ayudado mucho el año anterior deshaciendo las mentiras de Mia, a si que me sorprendí mucho de que él estuviera ahora tan paranoico. Quizá si sus sentimientos hacía mí habían crecido, él ahora podría ser más susceptible a los celos. Asombrosamente era Christian el que vino al rescate y cambio de tema.-¿Supongo que hoy no esquiaras?- Señalo el tobillo de Mason, desencadenando inmediatamente una respuesta indignada.-¿Qué crees, qué esto me va a frenar?- Preguntó Mason. Disminuyendo su ira y substituyéndola por un necesidad de probarse a si mismo, necesidad que él y yo compartíamos. Lissa y Christian le miraron como si estuviera loco, pero yo sabía que nada que dijéramos podría detenerlo.-¿Quieren venir con nosotros?- Le pregunté a Lissa y Christian.Lissa sacudió la cabeza. –Nosotros no podemos. Tenemos que ir al almuerzo de recibida de los Contas.-Christian gimió –Bueno, tú tienes que ir.-Ella lo codeó –Igual que tú. La invitación decía que consiguiera un acompañante, Además, esto tan sólo es un calentamiento para lo grande.--¿Qué será?- Preguntó Mason-La gran cena de Priscilla Voda.- suspiró Christian. Verlo tan dolido me hizo sonreír. – La mejor amiga de la reina. Todas las familias reales estarán allí, y tendré que usar el traje.-Mason me dedico una sonrisa. Su enfado ya se había ido. –El esquí suena mejor ¿Eh? No hay un código de vestimenta.-Dejamos atrás a los Moroi y nos fuimos a fuera. Mason no podía competir contra mí de la misma manera que lo había hecho ayer, sus movimientos eran lentos y torpes. Sin embargo, lo hizo muy bien considerándolo todo. La lesión no era tan mal como habíamos temido, pero tuvo prudencia a hacer movimientos extremadamente fáciles.La luna llena colgaba en la oscuridad, una esfera brillante de color blanco plateado. Las luces eléctricas dominaban la mayor parte de la iluminación del suelo, por aquí y allí, en las sombras, la luna apenas lograba emitir su resplandor. Deseaba que fuera lo suficientemente luminosa para que iluminara la cordillera que nos rodeaba, peo los picos se quedaron envueltos en la oscuridad. Me olvide de mirarlos cuando había luz.Las pistas eran muy simples para mi, pero me quede con Mason y sólo ocasionalmente me burlé de cómo las precauciones que tomaba me hacía dormir. Sea aburrido o no, era bueno estar solo fuera de casa con los amigos, y la actividad agitó mi sangre lo suficiente para combatir el frío del aire. Los postes de luz iluminaban la nieve, lo que lo convertía en un extenso mar de color blanco, los copos de cristales chispeaban débilmente. Y si me volviera lejos y bloqueara las luces de mi campo visual, podría mirar para arriba y ver las estrellas derramándose sobre el cielo. Estaba parada fuera del rígido y cristalino en el claro, el aire congelaba. Permanecimos fuera la mayor parte del día otra vez, pero esta vez, lo llamé un poco más temprano, pretendiendo estar cansada así Mason podría descansar. Puede ser que manejara bien el esquí con un tobillo blando, pero podía ver que le empezaba a doler.Mason y yo nos dirigimos hacia el albergue caminando muy cerca el uno del otro, reír acerca de algo que había visto antes. De repente, unos puntos blancos en mi visión periférica, y una bola de nieve choco contra la cara de Mason. Inmediatamente se puso a la defensiva, dándose la vuelta de un tirón, mirando fijamente a su alrededor. Chillidos y gritos sonaron des de las profundidades y se mezclaron llegando des de los pinos.-Demasiado lento, Ashford- alguien le llamó. –No vale por estar enamorado.- Se rió más. El mejor amigo de Mason, Eddie Castilla, y algunos otros novatos de la escuela aparecieron detrás un racimo de arboles. Más lejos, oí más gritos.-Te íbamos a pedir que vinieras, si quieres estar en nuestro equipo.- dijo Eddie. –Aunque esquives como una chica.--¿Equipo?- Le pregunté emocionada. En la academia, lanzar bolas de nieve estaba terminantemente prohibido. Los trabajadores de la escuela estaban inexplicablemente asustados de que nos tiráramos bolas de nieve con trozos de cristal o cuchillas de afeitar, aunque en primer lugar, no tenía ninguna pista de como llegaron a pensar que seriamos capaces de llegar a hacer esto.No era como si una guerra de bolas de nieve fuera una rebelión, pero después de toda la tensión que estaba pasando recientemente, tirar cosas contra la demás gente sonaba de repente como la mejor idea que había oído en un rato. Mason y yo nos incorporamos rápidamente a los demás, la perspectiva de luchar contra algo prohibido le dio nueva energía lo que le causó olvidar el dolor de su tobillo. Nos pusimos a luchar con una dura ferocidad.La lucha pronto se convirtió en una cuestión de darle a tanta gente como fuera posible mientras esquivabas los otros ataques. Yo era excepcional en las dos cosas y asegure mi inmadurez añadiendo insultos tontos y gritando a mis victimas. En el momento en el que alguien se dio cuenta de lo que estábamos haciendo y nos gritamos, riéndonos y cubiertos de nieve.Mason y yo, una vez más, fuimos hacía el albergue, y nuestro estado de animo estaba elevadísimo, sabía que lo de Adrian ya estaba olvidado. De hecho, Mason me miro justo antes de entrar. –Lo siento, he saltado con la de Adrian antes.-Le apreté la mano. –Está bien, se que Mia sabe contar unas buenas convincentes historias.--Si… pero incluso si estabas con él… no es que yo tenga derecho…-Le miré fijamente, me sorprendió ver su rostro, habitualmente temerario, por una vez tímido.-¿A no?- Le pregunté.Una sonrisa apareció en sus labios. -¿A sí?-Devolviéndole la sonrisa, di un paso más adelante y le bese. Sentí sus labios increíblemente cálidos en aquel aire tan helado. No era como el beso desastroso que había tenido antes del viaje con Dimitri, pero era dulce y agradable, un tipo de beso de amistad que podría convertirse en algo más. Al menos, así fue como lo vi. Por la mirada de la cara de Mason, parecía que todo su mundo se hubiera sacudido.–Wow- dijo, con los ojos de par en par. La luna hizo que sus ojos se vieran de un color azul plateado.-¿Lo ves?- Le digo. –Nada de que preocuparse. No Adrian. No hay nadie.-Nos besamos de nuevo, esta vez un poco más largo, antes de irme finalmente. Mason estaba claramente de mejor humor, tal y como debía ser, y me metí en la cama con una sonrisa en mis labios.Pero cuando me dormí, soñé con Adrian Ivashkow.Yo estaba de nuevo en el porche con él, sólo que esta vez era verano. El aire era cálido y suave, y el sol brillaba colgado en el cielo, cubriéndolo todo con una luz dorada. No había estado en el sol des de que vivía con los humanos. Todo a mí alrededor, las montañas y los valles estaban verdes y vivos. Los pájaros cantaban por todos lados.Adrian apoyado contra la barandilla del porche. Hecho un vistazo por encima, y me volvió a mirar en cuando me vio.-Oh. No esperaba verte aquí.- Él sonrió. –Tenía razón. Te ves devastadora cuando estas limpia.-Por instinto toqué la piel alrededor de mi ojo.-Se ha ido-me dijoIncluso sin poderlo ver sabía que él tenía razón. –No estas fumando--Mal habito- Dijo. Cabeceó hacía mí. -¿Estas asustada? Estas usando mucha protección-Fruncí el ceño, después me miré abajo. No había notado la ropa que llevaba. Usaba un par de pantalones vaqueros bordados que había visto una vez pero eran demasiado caros para comprármelos. Mi camiseta estaba cortada, enseñando mi barriga, y llevaba un piercing en el ombligo, siempre deseé perforarme el ombligo, pero nunca lo había sido capaz de pagarlo. El complemento que llevaba era de plata, y colgando al final había el extraño ojo azul que me había regalado mi mama. El brazalete de Lissa se enrollaba alrededor de mi muñeca.Mire insegura a Adrian, estudiando la forma en que el sol hacía brillar su pelo castaño. Aquí, a plena luz del día, pude ver que sus ojos eran de un profundo verde esmeralda opuesto al pálido de Lissa. Algo seme ocurrió de repente.-¿No te molesta todo este sol?-Se encogió de hombro vagamente. -No. Es mi sueño--¿Estas seguro?- Su sonrisa volvió.Me sentía confundida. –Yo… no lo sé-Él se rió entre dientes, pero un momento después, su risa paró. Por primera vez des de que lo había conocido, él se veía serio. -¿Por qué te rodea tanta oscuridad?-Le fruncí el ceño. -¿Qué?--Estas envuelta por la oscuridad- Sus ojos me estudiaron astutamente, pero no de una manera controlada. –No había visto nunca a nadie como tú. Sombras por todas partes. Nunca lo hubiera adivinado. Incluso mientras estas de pie aquí, las sombra no dejan de crecer.-Mire hacía abajo, a mis manos, pero no vi nada fuera de la común. Le volví a mirar asegurándome. – Yo soy el beso de la oscuridad…--¿Qué significa eso?--Yo morí una vez- Nunca había hablado con nadie de eso a parte de Lissa y Victor Dashkov, pero esto era un sueño. No importaba.-Y regresé-La maravilla encendió su cara.- Ahh. Interesante-Desperté.Alguien me sacudía. Era Lissa. Sus emociones me golpearon tan fuertemente a través del vínculo que entre brevemente en su mente y me encontré mirándome. –Extraño- Tire nuevamente de mí, intentando suavizar el terror y la alarma que me llegaba de ella.-¿Qué está mal?-

Capítulo 10 traducido por Jen

El viaje de esquí no podría haber sido en mejor momento. Me era imposible sacarme a Dimitri y a Tasha de la cabeza, pero por lo menos hacer las maletas y el prepararme me servía para tener el 100% de mi cerebro en ello. Vale, el 95%. También tenía otras cosas con las que distraerme. La Academia puede - con razón – ser súper protectora cuando se trata de nosotros, pero a veces eso se traducía en cosas bastante chulas. Ejemplo: La Academia tiene acceso a algunos aviones privados. Esto significa que los Strigoi no nos pueden atacar en el aeropuerto, y también significa que vamos a viajar con estilo. Los aviones eran mas pequeños que los aviones comerciales, pero los asientos son muy cómodos y tienes mucho espacio para estirar las piernas. Se inclinan tanto para atrás que incluso puedes acostarte para dormir. En los vuelos largos, tenemos pequeñas consolas en los asientos que nos dan opción de oír la televisión. A veces incluso nos dan de comer. Aunque apostaba que este vuelo, sin embargo, sería demasiado corto para ver alguna película o para que nos diesen alguna comida.Salimos el día 26. Cuando subí al avión, miré alrededor en busca de Lissa, queriendo hablar con ella. No habíamos hablado desde el almuerzo de Navidad. No me sorprendió verla sentada con Christian, y parecían no querer ser interrumpidos. No podía oír su conversación, pero él tenía su brazo a su alrededor y ella tenía esa expresión de coquetería que sólo ella podía brindar. Sigo convencida de que el nunca la podría cuidar tan bien como yo, pero el claramente la hacia feliz. Les di una sonrisa y los saludé mientras pasaba a su lado hasta donde Mason me estaba esperando. Mientras caminaba, pasé por donde Dimitri y Tasha se sentaban juntos. Sutilmente los ignoré. "Hola", dije al sentarme junto a Mason. Él me sonrió. "Hola. ¿Preparada para el desafío de esquí? " "Más preparada que nunca." "No te preocupes", dijo. "Seré suave contigo." Me mofé y me relajé en el asiento. "Eres tan creído." "Los chicos sensatos son aburridos." Para mi sorpresa, deslizó su mano sobre la mía. Su mano estaba caliente y sentí como mi piel hormigueaba al sentir su contacto. Me asustó. Estaba convencida de que Dimitri era el único que me hacía sentir así. Es hora de pasar página, pensé. Dimitri, obviamente, no esta interesado. Debería haberlo hecho hace que mucho tiempo. Entrelacé mis dedos con los de Mason, sorprendiéndolo. "Será divertido". Y así fue. Intenté recordar que estábamos aquí a causa de una tragedia, que había Strigoi y seres humanos por ahí fuera que podrían atacar de nuevo. Nadie más parecía recordar esto, sin embargo, debo admitir, que incluso yo tenía mis dificultades para recordarlo. El Resort era magnífico. Estaba construido de forma muy similar al de una cabaña, pero en una choza de pino no habría espacio suficiente para tantas personas y no habría instalaciones tan lujosas. Tres pisos de dorada madera se alzaban entre los altos pinos. Las ventanas eran altas y graciosamente arqueadas, pintadas para los Moroi. Lámparas de cristal - eléctricas, pero con forma de antorcha – colgaban en la entrada dando a la construcción un brillo, casi como si fuese una joya. Las montañas - que mis ojos mejorados apenas podían distinguir en la noche – nos rodeaban, y apostaba que la vista quitaría el aliento cuando fuese de día. A un lado estaban las zonas de esquí, con colinas empinadas y montículos de nieve, así como los teleféricos. Y al otro lado había una pista de hielo, lo que me encantó ya que lo había estado deseando desde el día de la cabaña. Cerca, las montañas estaban reservadas para los paseos en trineo. Y eso solo era el exterior.Dentro, se hicieron todo tipos de arreglos para satisfacer las necesidades de los Moroi. Los alimentadores estaban disponibles, preparados para servir las 24 horas del día. Las pistas funcionaban de noche. Custodias, y guardianes estaban distribuidos por todo el lugar. Era todo lo que un vampiro vivo podía desear. El vestíbulo tenía un techo de catedral y un enorme candelabro colgaba de el. El suelo estaba hecho de mármol, y la recepción está siempre abierta, dispuesta a cuidar de todas nuestras necesidades. El resto del alojamiento, los pasillos y las habitaciones, tenían una combinación de colores de rojo, negro y dorado. El tono rojo oscuro predominaba sobre las demás tonalidades, y me pregunté si la semejanza que tenía con la sangre era solo una coincidencia. Espejos y cuadros adornaban las paredes y pequeñas mesas ornamentales estaban distribuidas por todo el lugar. En ellas había jarrones de orquídeas púrpuras que impregnaban el aire de un olor picante. La habitación que compartía con Lissa era más grande que nuestras dos habitaciones de la Academia juntas y tenían los mismos colores que el resto del lugar. La alfombra era tan afelpada y profunda que me quité los zapatos y caminé por ella descalza, adorando la manera en que mis pies se hundían en aquella suavidad. Teníamos camas king size, con edredones de plumas y tantas almohadas que juro una persona podía perderse entre ellas y no se volvería a ver. Unas puertas francesas llevaban a un amplio balcón, que, teniendo en cuenta que estábamos en la última planta, sería genial si fuera no hiciese tanto frío. Sospecho el jacuzzi para dos personas que teníamos era perfecto para compensar el frío. Sumida en tanto lujo, llegué a un punto de sobre carga en el que no quería marcharme de allí. El baño de mármol con jacuzzi. El televisor de plasma. Una cesta de chocolate y otros dulces. Cuando finalmente decidimos ir a esquiar, tuve que prácticamente arrastrarme fuera del cuarto. Probablemente podría haber pasado el resto de mis vacaciones allí y sería perfectamente feliz. Pero finalmente salimos, y cuando logré sacarme a mi madre y a Dimitri de la cabeza, empecé a divertirme. Ayudó el hecho de que el lugar era enorme, y tenía pocas posibilidades de encontrarme con ellos. Por primera vez en semanas, pude centrarme en Mason y comprobar lo divertido que era. También pasé más tiempo con Lissa, lo que mejoró muchísimo más mi estado de ánimo.Lissa, Christian, Mason y yo, tuvimos una especie de doble cita. Los cuatro pasamos la mayor parte del primer día esquiando, aunque los dos Moroi tenían cierta dificultad para seguirnos. Considerando lo que Mason y yo hacíamos en clases, el y yo no teníamos reparos a la hora de proponer nuevos desafíos. Nuestra naturaleza competitiva hacia que intentásemos superarnos mutuamente. "Sois unos suicidas", comentó Christian, en algún momento. Era de noche, y los postes de luz iluminaban su perplejo rostro. El y Lissa habían estado esperando en la base de la colina, mirando como Mason y yo descendíamos. Nos movíamos a mucha velocidad. La parte de mí que está tratando de aprender control y sabiduría con Dimitri sabía que era peligroso, pero el resto de mí disfrutaba con aquella imprudencia. Mason sonreía mientras derrapaba en la meta, salpicando nieve. "No, esto es sólo un calentamiento. Quiero decir, Rose pudo acompañarme todo el tiempo. Cosa de niños. " Lissa negó con la cabeza. "¿No os lo estáis tomando muy en serio?" Mason y yo nos miramos. "No" Volvió a negar con la cabeza. "Bueno, nosotros vamos a entrar. Tratad de no mataros" Ella y Christian se fueron, enganchados del brazo. Los miré, entonces me volví a Mason. "Aún aguanto un poco mas. ¿Y tú? " "Absolutamente". Nos dirigimos de nuevo a la cima de la colina. Cuando estábamos a punto de descender, Mason me llamó. "Bueno, ¿qué tal eso? Saltamos aquellos montículos, después saltamos sobre esa cresta, giramos, desviamos aquellos árboles, y terminamos allí. " Seguí su dedo que señalaba un camino irregular con unas cuestas muy empinados y grandes montículos. Fruncí el ceño. "Eso es realmente una locura, Mase." "Ah", dijo triunfante. "Te rindes finalmente." Lo miré enojada. "No me rindo." Después de examinar de nuevo la ruta, estuve de acuerdo. "Ok. Vamos." Hizo un gesto. "Tu primero". Respiré profundamente y salté. Mis esquís se deslizaban por la nieve, y un frío viento golpeaba mi cara. Di el primer salto limpio y preciso, pero en la siguiente parte de la ruta la velocidad aumento, y me di cuenta de lo peligroso que era. Tenía que tomar una decisión. En caso de pasar, Mason tendría razón - y yo quería impresionarle. Si lo conseguía, me sentiría más segura sobre lo que era capaz de hacer. Pero si lo intentaba y no lo conseguía... podría romperme el cuello. En algún lugar de mi cabeza, una voz que se parecía sospechosamente a la de Dimitri comenzó a hablarme sobre la opción correcta y de cuando tenía que aprender a ser moderada. Decidí hacer caso omiso de la voz y seguir adelante. El viaje fue difícil, pero lo hice perfectamente, un movimiento loco tras otro. La nieve volaba a mí alrededor con cada peligroso giro. Cuando llegué a la meta, miré a la cima y vi a Mason gesticulando abiertamente. No podía entender sus palabras, pero podía imaginar sus aplausos. Esperé a que descendiera. Pero el no lo hizo. Porque cuando Mason iba por la mitad del camino no pudo dar uno de los saltos. Sus esquís se quedaron atrapados y sus piernas giraron. Rodó hacia abajo. Lo alcancé casi al mismo tiempo que el resto del equipo del hotel. Para el alivio de todos, Mason no había roto el cuello ni nada. Parecía que se había torcido un tobillo, lo que probablemente limitaba las probabilidades de esquiar el resto del viaje. Uno de las instructoras se acercó, su rostro lleno de furia. "¿Se puede saber en que estaban pensando?" Exclamó. Ella se dirigió a mí. "No puedo creer que hicieras esas maniobras estúpidas!" Mientras seguía sus ojos se fijaron en Mason. "Y claro tu tenias que seguirla!" Quise decir que había sido idea suya, pero en este momento no importaba de quien era la culpa. Me alegraba de que el estuviera bien. Pero cuando entramos la culpa empezó a corroerme. Había actuado de forma irresponsable. ¿Y si el se hubiese herido de gravedad? Visiones terribles bailaban en mi mente. Mason, con una pierna rota... con una fractura de cuello... ¿En que estaba pensando? Nadie me había obligado a hacer ese recorrido. Mason lo había sugerido... pero yo no me había negado. Dios sabía que podía haberlo hecho. Tendría tener que soportar algunas bromas, pero Mason estaba lo suficientemente loco por mí como que mis dotes femeninas probablemente hubiesen impedido esa locura. Me había dejado llevar por la emoción y el riesgo - como cuando había besado a Dimitri - sin pensar lo suficiente en las consecuencias porque secretamente, dentro de mí, aquel impulsivo deseo de ser salvaje todavía seguía vivo. Mason también lo tenía, y el de él me llamaba. Aquella voz mental de Dimitri me castigó de nuevo. Una vez que Mason regresó sano y salvo a su habitación y le había puesto hielo en el tobillo, llevé nuestro equipo hasta el almacén. Cuando regresé dentro, pasé por una puerta diferente que normalmente no usaba. Esta entrada se situaba detrás de un gran porche de madera con un pasamanos ornamentado. El porche estaba a un lado de la montaña con unas vistas de los otros picos y valles de nuestro alrededor que quitaban el aliento – si permanecías al frío durante el tiempo suficiente para admirarlo. Lo que la mayoría de la gente no hacia. Subí las escaleras del porche, pisando fuertemente para quitarme la nieve de las botas. Un denso olor, acre y dulce, estaba en el aire. Algo que me resultaba familiar, pero antes de que pudiera identificarlo, de repente una voz habló en las sombras. "Hola, pequeña dhampir". Asustada, percibí que alguien estaba en el porche. Un chico, un Moroi – apoyado contra la pared, no muy lejos de la puerta. Tenía un cigarrillo en la boca, le dio una larga calada y, a continuación, lo arrojó al suelo. Pisó el borde y me dio una sonrisa. Ese olor, pensé. Los cigarrillos de Clavo. Cuidadosamente, me detuve y crucé los brazos, mientras lo examinaba. Era algo mas bajo que Dimitri pero no era tan delgado como algunos de los chicos Moroi. La larga, chaqueta color carbón - probablemente de algún tipo de cachemir extremadamente caro- que cubría su cuerpo excepcionalmente bien, y los zapatos de cuero que vestía indicaba que tenía mucho dinero. Tenía el pelo marrón que parecía estar cortado de forma desigual a propósito para que pareciese un poco descuidado, y sus ojos eran de color azul o verde - no había la suficiente luz como para saberlo con certeza. Su rostro era hermoso, y supuse que era algunos años mayor que yo. Parecía que acababa de salir de una cena. "¿Sí?", Le pregunté. Sus ojos examinaron mi cuerpo. Estaba acostumbrada a la atención de los chicos Moroi. Pero, por lo general, no era tan evidente. Y normalmente no llevaba ropa de invierno y un ojo negro asustador. Se encogió de hombros. "Simplemente decía hola, eso es todo." Esperé por más, pero todo lo que hizo fue poner sus manos en los bolsillos. Encogiéndome de hombros, di algunos pasos más adelante. "Sabes, hueles bien", dijo de repente. De nuevo paré de caminar y le dio una mirada confusa, lo que sólo hizo que su sonrisa tonta se agrandase un poco más. "Yo... um, ¿qué?" "Hueles bien", repitió. "¿Estás bromeando? He sudado todo el día. Estoy asquerosa." Quería largarme, pero había algo que me atraía de este chico. Al igual que el descarrilamiento de un tren. No lo consideraba atractivo por sí mismo, sólo interesante para hablar. "El sudor no es malo", dijo, apoyando su cabeza contra la pared y mirando hacia arriba de forma pensativa. "Algunas de las mejores cosas de la vida suceden mientras sudamos. Sí, si sudas mucho y eres viejo y mal oliente, es asqueroso. Sin embargo, en una bella mujer? Embriagador. Si pudieses oler las cosas como un vampiro, sabrías de lo que estoy hablando. La mayoría de las personas lo arruinan todo llenándose de perfume. El perfume puede ser bueno, especialmente si usas uno que combina con tu química. Pero sólo se necesita un poco. Mezcla el 20% de eso con el 80% de tu propio sudor... mmm." Él inclinó la cabeza a un lado y me miró. "Mortalmente excitante". De repente me acordé de Dimitri y su aftershave. Si. Eso era muy excitante, pero ciertamente no iba a hablarle a este chico de eso. "Bueno, gracias por la lección de higiene", le dije. "Pero no tengo ningún perfume, y me voy a quitar todo este sudor con un baño. Lo siento. Sacó un paquete de cigarrillos y me ofreció uno. Se me acercó, lo suficiente para sentir el olor de algo más en él. Alcohol. Rechacé el cigarrillo y tomó uno para si. "Mala costumbre", le dije, mientras observaba como lo encendía. "Una de muchas", respondió. Inhaló profundamente. "¿Estás aquí con la San Vlads?" "Sí" "Entonces serás una guardiana cuando crezcas". "Obviamente". Expiró el humo y observó como desaparecía en la noche. Con los sentidos avanzados de los vampiros o sin ellos, era sorprendente que él pudiese sentir el olor de algo cerca del olor del cigarrillo. "¿Cuánto tiempo te falta para graduarte?", Preguntó. "Puede que necesite un guardián". "Me graduaré en la primavera. Pero ya tengo un protegido. Lo siento. Sus ojos brillaron sorprendidos. "¿Si? ¿Quién es? "Ella es Vasilisa Dragomir.” "Ah". En su rostro apareció una enorme sonrisa. "Sabía que eras problemática en cuanto te vi. Eres la hija de Janine Hathaway." "Soy Rose Hathaway," Le corregí, no quería ser reconocida por la fama de mi madre. "Encantado de conocerte, Rose Hathaway." Me ofreció su mano y yo se la apreté. “Adrian Ivashkov. " "Y decías que yo era la problemática", refunfuñé. Los Ivashkovs eran una de las familias reales, y una de las más ricas y poderosas. Eran del tipo de personas que creían que podían tener todo aquello que quisiesen y pasaban por encima de todo lo que se pusiese en su camino. No era de extrañar que fuese tan arrogante. Se rió. Tenía una risa agradable, rica y casi melódica. Me hizo pensar en caramelo caliente, derramándose de cuchara. "Útil, ¿no? Nuestras reputaciones nos preceden". Negué con la cabeza. "No sabes nada sobre mí. Y yo sólo sé de tu familia. No sé nada de ti." "¿Quieres?" Preguntó con burla. "Lo siento. No estoy interesada en chicos viejos. " "Tengo 21. No soy tan viejo". "Tengo novio." Fue una pequeña mentira. Mason, ciertamente no era mi novio todavía, pero esperaba que Adrian me dejase en paz si pensaba que ya estaba comprometida. "Es gracioso que no lo mencionaras en su momento," reflexionó Adrian. "No fue él el que te puso ese ojo morado, verdad? Sentí como me ruborizaba, incluso en el frío. Tenía la esperanza de que él no notase el ojo, lo que era una estupidez. Con sus ojos de vampiro, probablemente lo había notado desde el momento que puse un pie en el pórtico. "Él no estaría vivo si lo hubiese hecho. Me paso... durante el entrenamiento. Quiero decir, me estoy formando para ser guardiana. Nuestras clases siempre son duras". "Eso es muy excitante ", dijo. Tiró su segundo cigarrillo al suelo y lo pisó. "¿Qué te den un puñetazo en el ojo?" "Bueno, no. Por supuesto que no. La idea de ponerse duro contigo es excitante. Soy un gran fan de los deportes de contacto. " "Seguro que lo eres", le dije secamente. El era arrogante y presuntuoso, pero aún así no lograba marcharme. El sonido de pasos detrás de mí me hizo girar. Mia apareció en el camino y subió las escaleras. Cuando nos vio, se detuvo de repente. "Hola, Mia." Nos miró. "Otro chico?" Preguntó. Por su tono, se podría pensar que tenía mi propio harén de hombres. Adrian me dio una mirada interrogatoria y divertida. Apreté los dientes y decidí no responder. Opté por la educación, lo que no me caracterizaba. "Mia, este es Adrian Ivashkov". Adrian uso el mismo encanto que había utilizado conmigo. Se estrecharon las manos. "Siempre es un placer con amigos de Rose, especialmente una tan hermosa." Habló como si el y yo nos conociéramos desde la infancia. "No somos amigas", le dije. Ahí se esfumó toda la educación. "Rose sólo sale con chicos y psicópatas", dijo Mia. Su voz tenía el desprecio habitual que ella usaba conmigo, pero había una mirada en su cara que mostraba claramente que Adrian le interesaba. "Bueno", dijo el alegremente: "Ya que soy un psicópata y un hombre, eso explica por qué ella y yo somos buenos amigos". "Tú y yo tampoco somos amigos", le dije. Se rió. "Siempre lo pones difícil, eh?" "Ella no es tan difícil", dijo Mia, claramente molesta por que Adrian se centraba mas en mi. "Pregúntale a la mitad de los chicos de nuestra escuela." "Sí", le dijo, "y a la otra mitad le puedes preguntar por Mia. Si puedes hacerle un favor, ella hará más por ti." Cuando nos declaró la guerra a Lissa y a mí, Mia había conseguido que 2 chicos le contasen a toda la escuela que yo había hecho cosas horribles con ellos. Lo irónico fue que ella consiguió que mintiesen al acostarse con ellos. Una sombra de vergüenza cruzó su cara, pero se recompuso. "Bueno", dijo, "por lo menos no lo hago gratis". Adrian hizo un ruido de gatos. "¿Terminaste?", Le pregunté. "Ya te pasó la hora de acostarte, y a los adultos les gustaría hablar ahora." La juventud de Mia era una dolorosa herida para ella, una que a mi me gustaba utiliza con frecuencia. "Claro", dijo resueltamente. Sus mejillas habían enrojecido, intensificando su apariencia de muñeca. "De todas formas tengo cosas mejores que hacer." Se giró y se fue hasta la puerta, y entonces se detuvo. Miró a Adrian. "Sabes, su madre es la responsable de su ojo morado. " Entró. La elegante puerta de cristal se cerró detrás de ella. Adrián y yo nos quedamos en silencio. Por último, cogió otro cigarrillo y lo encendió. "¿Tu madre? "Cállate"."Eres una de esas personas que tienen o almas gemelas o enemigos mortales, ¿no? Ningún término medio. Vasilisa y tú probablemente sois como hermanas, ¿verdad? " "Supongo". "¿Cómo está ella?" "¿Eh? ¿Qué quieres decir?" Se encogió de hombros, como si no importase, y tengo que decir que estaba exagerando al parecer informal. "No sé. Quiero decir, sé que os escapasteis... y todo aquello que sucedió con su familia y Víctor Dashkov... " Me tensé al oír el nombre de Víctor. "¿Y?" "No sé. Sólo pensé que era demasiado para ella, ya sabes, hacer frente. " Lo estudié con calma, preguntándome a donde quería llegar. Había unas pequeñas fugas sobre el frágil salud mental de Lissa, pero se habían contenido. La mayor parte de la gente lo había olvidado o pensaban que era mentira. "Me tengo que ir." Decidí que evitarlo en este momento era la mejor táctica. "¿Estás segura?" Parecía un poco decepcionado. Pero sobre todo parecía tan arrogante y divertido como antes. Algo sobre el me cautivaba, pero sea lo que sea no era suficiente como para contrarrestar todo lo que estaba sintiendo, o para arriesgarme a hablar de Lissa. "Pensé que era el momento para hablar de los adultos. Y hay muchas cosas de adultos de las que me gustaría hablar". "Es tarde, estoy cansada, y tus cigarrillos me están dando dolor de cabeza," gruñí. "Supongo que es justo." Fumó un poco más y soltó el humo. "Algunas mujeres piensan que me hace parecer sexy". "Creo que fumas para tener tiempo y así pensar en tu próxima frase graciosa". Se asfixió con el humo, atrapado entre la inhalación y la risa. "Rose Hathaway, no puedo esperar para verte de nuevo. Si eres tan encantadora cuando estás cansada e irritada y tan linda manchada y con ropas de esquí, debes de ser devastadora cuando estás bien. " "Si por "devastadora" entiendes que debes temer por tu vida, entonces sí. Tienes razón. "Abrí la puerta. "Buenas noches, Adrian." "Nos vemos más tarde". "Difícilmente. Te lo dije, no me interesan los chicos mayores". Entré. Cuando las puertas se cerraron, le oí llamarme por detrás, "Claro que no. "

Capítulo 9 traducido por Lucía

NO VÍ A DIMITRI POR un tiempo después de eso. Más tarde ese día me envió un mensaje diciendo que pensaba que deberíamos cancelar nuestras próximas dos sesiones debido a la proximidad de sus planes sobre abandonar el campus. Las clases estaban a punto de acabar de todas maneras, dijo; tomar un descanso de las prácticas parece ser algo razonable. Era una pobre excusa, yo sabía que esa no era la razón por la cual él las cancelaba. Si me quería evitar, hubiera preferido que inventara algo sobre como él y los otros guardianes debían reforzar la seguridad de Moroi o que debía practicar algún movimiento ninja súper secreto.No tuve en cuenta su historia, yo sabía que me estaba evitando por causa del beso. Ese condenado beso. No me arrepentía, no exactamente. Solo Dios sabe cuanto he estado esperando para besarlo, pero lo hice por las razones equivocadas, debido a que estaba molesta y frustrada y sólo quería probar que lo podía hacer. Estaba tan cansada de hacer siempre lo correcto, lo inteligente. Estaba tratando de tomar el control pero parece que todo empeoró.No había olvidado la advertencia que una vez me dio— que estar juntos no solo se trataba de la edad, sino que interferiría con nuestros trabajos. Presionándolo en el beso....bueno, yo había abanicado las llamas de un problema que podría herir a Lissa finalmente, no debería haberlo hecho.Ayer había sido incapaz de detenerme, hoy puedo ver todo más claro y no puedo creer lo que he hecho.Me reuní con Mason la mañana de Navidad, y nos encontramos con los otros para salir. Era una buena oportunidad para sacar a Dimitri de mi cabeza. Me gustaba Mason—bastante y no era como si tuviera que escaparme y casarme con él. Como dijo Lissa, sería saludable para mi salir con alguien nuevamente. Tasha había estado organizando nuestro desayuno-almuerzo de Navidad en un salón elegante en las habitaciones de huéspedes de la Academia. Muchas actividades en grupo y fiestas estaban ocurriendo en toda la escuela, pero rápidamente me di cuenta que la presencia de Tasha creaba una perturbación. Las personas o la miraban fijamente en secreto o se apartaban de su camino para evitarla. Algunas veces ella podía desafiarlos, o mantenerse cabizbaja, pero hoy eligió mantenerse lejos del camino de las otras realezas y simplemente disfrutar esta pequeña y privada fiesta de aquellos que no le huían.Dimitri había sido invitado a la reunión y parte de mi resolución falló cuando lo vi. Estaba vestido elegantemente para la ocasión, Okay, “vestido elegantemente” era una exageración pero era lo que más se le parecía. Nunca lo había visto de esa manera, usualmente el lucía un poco rudo...preparado para entrar en una batalla en cualquier momento.Hoy, su oscuro pelo estaba atado a la parte de atrás de su cuello, como si el realmente hubiera tratado de estar elegante. Estaba usando sus usuales jeans y sus botas de cuero, pero en vez de llevar una remera o su camisa termal, tenía puesto un fino buzo negro tejido. Era un sweater ordinario, no era de diseñador, ni caro, pero le agregó un toque de pulcritud que normalmente no tenía, y buen Dios, le quedaba muy bien.Dimitri no era malo ni nada de eso, pero no salió de su camino para entablar una conversación conmigo. Sin embargo habló con Tasha, y miré con fascinamiento como hablaban tan fácilmente con ese modo que ellos lo hacían. Sabía que un buen amigo de él era un primo lejano de la familia de Tasha y así se habían conocido.-Cinco? -Preguntó Dimitri asombrado. Ellos estaban discutiendo el número de hijos que tenía su amigo.-Yo no había oído eso.-Tasha asintió.-Es insano. Lo juro, no creo que su esposa tenga más de seis meses libres entre cada embarazo. Ella es baja, también— así que debe haber engordado y engordado.-Cuando lo conocí, ni siquiera quería hijos.-Sus ojos se ensancharon exitadamente.-Lo se! No puedo creerlo. Deberías verlo ahora, se derrite por ellos. Ni siquiera puedo entenderlo la mitad del tiempo. Lo juro, habla más como un bebe que Inglés.-Dimitri sonrió con esa rara sonrisa suya.-Bueno…los niños provocan eso en la gente-No puedo imaginarme que te pase eso a ti.-Ella rió. –Tú no eres nada sensible. Por supuesto…supongo que habrás hecho habla de bebe en ruso, uno nunca sabe. Ambos se rieron de eso, yo me di media vuelta y me fui, agradecidamente Mason estaba ahí para hablar, era una buena distracción de todas las cosas, porque adhiriéndole a que Dimitri me ignoraba, Lissa y Christian estaban charlando en su pequeño mundo.El sexo parecía haberlos enamorado mucho más de lo que estaban, y me preguntaba si podría pasar algún tiempo con ella en todo el viaje de ski. Eventualmente se alejó de él para darme mi regalo de Navidad.Abrí la caja y miré dentro, vi un cordón de cuentas marrones, y la esencia de rosas flotó por el aire.-Que…Saqué el cordón, y un pesado crucifijo de oro sonó desde el final de él. Ella me había dado un CHOTKI. Era parecido a un rosario, sólo que más pequeño, del tamaño de un brazalete.-Estás tratando de convertirme?-Pregunté socarronamente. Lissa no era una loca religiosa ni nada de eso, pero ella creía en Dios e iba a la iglesia regularmente. Como muchas de las familias Moroi que provenían de Rusia y el este de Europa, ella era una cristiana ortodoxa. Yo? Era mucho más que una Agnóstica Ortodoxa. Pienso que Dios probablemente exista, pero no tengo el tiempo ni la energía para investigar. Lissa respetó eso y nunca trató de presionarme con su fe, eso hacía su regalo mucho más extraño.-Póntelo.-Ella dijo, claramente divertida con mi shock. Lo hice. En la parte de atrás de la cruz, había grabado en oro un dragón trenzado con flores.La cresta de Dragomir. Yo la busqué, confundida.-Es una herencia familiar.-Dijo. –Uno de los buenos amigos de mi padre mantuvo guardada una caja con sus cosas. Esto estaba entre ellas. Le perteneció al guardián de mi bisabuela.-Liss … -Le dije. El chotki tomó un Nuevo significado. -No puedo…no podéis darme algo como esto.-Bueno, ciertamente no puedo quedármelo. Es para un guardián, mi guardián.Enrollé las cuentas alrededor de mi muñeca. La cruz se sentía fría contra mi piel.-Sabes…me burlé –Hay una Buena posibilidad de que me pateen fuera de la escuela antes de convertirme en tu guardián.Ella sonrió. –Bueno, después de que lo hagan me la podéis devolver.Todo el mundo se rió. Tasha empezó a decir algo, pero paró cuando miró la puerta.-Janine!Mi madre estaba de pie allí, estaba rígida e impasible como siempre.-Siento llegar tarde, dijo –Tuve que encargarme de un negocio.Negocios. Como siempre. Hasta en Navidad.Sentí que mi estómago se revolvía y mis mejillas se calentaban cuando los detalles de nuestra pelea volvieron a mi mente. Ella no había dicho ni una palabra de comunicación desde que ocurrió nuestra pelea dos días atrás, ni cuando estaba en la enfermería. Ni disculpas. Nada. Rechiné mis dientes.Ella se sentó con nosotros y rápidamente se unió a la conversación. He descubierto que ella sólo podía hablar de un tema: los negocios de los guardianes. Me preguntaba si tenía algún hobbie. El ataque Badica estuvo en la mente de todos, y éste la condujo a hablar sobre una pelea similiar en la que ella había estado.Para mi horror, Mason se fascinó con cada una de sus palabras.-Bueno, las decapitaciones no son tan fáciles como parecen. Dijo en su manera de la realidad. Nunca pensé que fueran nada fáciles, pero su tono sugería que ella creía que todos pensaban que eran una pavada.-Debéis pasar el cordón espinal y los tendones. Hasta el hueso,-vi como Lissa se mareaba. Ella no era buena para las charlas asquerosas. Los ojos de Mason se iluminaron.-Cuál es la mejor arma para hacerla?Mi madre lo consideró.-Un hacha. Podes tener más peso.-Ella hizo un movimiento oscilante por vía de la ilustración.-Qué bien!.-Él dijo. – Hombre, espero que me dejen cargar un hacha.Era un idea cómica y ridícula, ya que las hachas no eran para nada armas convenientes de cargar. Por medio segundo, el pensamiento de Mason caminando por una calle con un hacha sobre su hombro iluminó un poco mi humor. El momento pasó rápidamente.Honestamente no podía creer que estuviéramos teniendo esta conversación en Navidad.La presencia de mi madre había agriado todo. Afortunadamente el grupo de personas se dispersó. Christian y Lissa se fueron a hacer sus propias cosas, Dimitri y Tasha aparentemente tenían que ponerse al día un poco más. Mason y yo estábamos bien en nuestro camino a los dormitorios dhampir cuando mi madre se nos unió. Ninguno de nosotros dijo nada. Las estrellas abarrotaban el oscuro cielo, alto y brillante, su brillo hacía juego con el hielo y la nieve alrededor nuestro. Llevaba mi abrigo de marfil adornado con piel falsa, e hizo un buen trabajo manteniendo mi cuerpo templado, aunque no hizo nada contra las frías ráfagas que quemaron mi cara. Caminamos todo el tiempo, yo seguía esperando que mi madre diera la vuelta hacia las otras áreas de guardianes, pero ella entro con nosotros.-He estado queriendo hablar contigo- dijo finalmente. Mis alarmas se encendieron, que hice ahora? Eso fue todo lo que ella dijo, pero Mason rápidamente entendió la indirecta. Él ni era estúpido ni era obvio con las señales sociales, justo como en ese momento, hubiera deseado que lo fuera. También encontré irónico que él quisiera pelear contra todos los Strigoi en el mundo pero le tuviera miedo a mi madre.Me lanzó una mirada de disculpa, se encogió de hombros y dijo-Hey, debo irme, a, algún lado. Te veo luego.Lo miré lamentando que se fuera, deseando poder correr tras él. Probablemente mi mamá me haría frente y me golpearía en el otro ojo si trataba de escapar. Mejor hacer las cosas a su manera y resolver esto. Moviéndome incómodamente, miré hacia todos lados menos a ella esperando que hablara. Desde la esquina de mi ojo, pude ver unas pocas personas mirándonos. Recordando como todo el mundo parecía saber cómo ella me había dejado el ojo negro, decidí repentinamente que no quería testigos alrededor que escucharan cualquier clase de lección que ella me fuera a dar.-Quieres, um, ir a mi habitación?-preguntéElla miró sorprendida, un poco insegura. –Claro.La conduje al piso de arriba, manteniéndome a una distancia segura mientras caminábamos. Una embarazosa tensión se construyó entre nosotras. Ella no dijo nada cuando llegamos a mi habitación, pero la vi examinar cuidadosamente cada detalle, como si un Strigoi estuviera oculto allí.Me senté en la cama esperando mientras ella se paseba, insegura sobre lo que debía hacer.Pasó sus dedos sobre una pila de libros sobre el comportamiento y la evolución animal.-Son éstos para un trabajo?- preguntó-No. Solo estoy interesada en eso, eso es todo.Sus cejas se alzaron. Ella no sabía eso, pero cómo iba a saberlo? No sabía nada sobre mí.Continuó con su apreciación, deteniéndose para estudiar pequeñas cosas mías que aparentemente la sorprendían.Una foto de Lissa y yo vestidas de hadas para Halloween. Un bolso de SweeTarts. Fue casi como si mi madre estuviera viéndome por primera vez.Abruptamente, se dio vuelta y me extendió su mano. –Aquí.Sobresaltada, me apoyé hacia delante y mantuve mi palma fuera debajo de la de ella. Algo pequeño y frío cayó en mi mano. Era un colgante redondo, uno pequeño, no mucho más grande que una moneda de diez centavos de diámetro. Una base de plata sostenía un disco llano de círculos de colores. Frunciendo el ceño, pasé mi pulgar sobre su superficie. Era extraña, pero los círculos casi lo hacían ver como un ojo. El interior de éste era pequeño, justo como una pupila. Era tan azul oscuro que parecía negra. Alrededor había un gran círculo azul pálido, que estaba rodeado por un círculo blanco. Un muy, muy delgado anillo del mismo azul oscuro rodeaba el exterior.-Gracias-le dije. No esperaba nada de ella. El regalo era extraño—para qué diablos ella me daría un ojo? —pero era un regalo... –Yo... yo no tengo nada para ti.Mi mamá asintió, cara inexpresiva e indiferente una vez mas. –Esta bien. No necesito nada.Giró nuevamente, y empezó a caminar por la habitación. No tenía mucho espacio para hacerlo, pero su baja estatura le daba un paso pequeño. Cada vez que pasaba frente a la ventana sobre mi cama, la luz capturaba su pelo y lo iluminaba. La miré curiosamente y me di cuenta que ella estaba nerviosa al igual que yo.Se detuvo y me miró. –Cómo esta tu ojo?-Mejorando.-Bien. Abrió su boca y tuve el presentimiento que estaba a punto de disculparse. Pero no lo hizo. Cuando comenzó a pasearse nuevamente, decidí que no podía seguir soportando la inactividad. Comencé apartando mis regalos. Había obtenido una linda pila de cosas esta mañana. Una de ellas era un vestido de seda, regalo de Tasha, rojo, con flores bordadas.Mi madre me miró colgarlo en el diminuto armario de la habitación. -Tasha fue muy amable-Sí –estuve de acuerdo. –Yo ni sabía que me iba a regalar nada. Ella me agrada.-A mi también.Me di la vuelta y la mire fijamente. Mi sorpresa reflejaba la de ella. Si no la hubiera conocido mejor hubiera dicho que estábamos de acuerdo en algo. Tal vez los milagros de Navidad si ocurrían.-Guardián Belikov será una buena pareja para ella.-Yo—pestañee, no estaba segura sobre lo que estaba hablando. –Dimitri?-Guardián Belikov- me corrigió severamente, todavía sin aprobar mi forma casual de nombrarlo.-Qué...qué clase de pareja? –pregunté.Ella levantó una ceja. –No me has escuchado? Ella le pidió que sea su guardián—desde que no tiene uno.Me sentí cómo si me hubieran golpeado nuevamente- Pero él esta asignado aquí. Y a Lissa.-Los arreglos pueden deshacerse. Sin tener en cuenta la reputación de Ozera...ella todavía es de la realeza. Si ella presiona, ella lo puede conseguir.Miré fijamente hacia la nada. –Bueno, supongo que son amigos y todo.-Más que eso—o probablemente lo podrían ser.Bam! Golpeada otra vez.-Qué??-Hmm? Oh. Ella está interesada en él. Por el tono de mi madre, estaba claro que los asuntos románticos en realidad no le interesaban. –Ella está dispuesta a tener hijos dhampir, así que es posible que puedan hacer un acuerdo si él es finalmente su guardián.Oh. Mi. Dios.El tiempo se congeló. Mi corazón dejó de latir.Me di cuenta que mi madre estaba esperando una contestación. Estaba apoyada en mi escritorio, mirándome. Podría ser capaz de cazar un Strigoi, pero no era consciente de mis sentimientos.-Él....él lo hará? Ser su guardián? Pregunté rápidamente. Mi mamá se encogió de hombros. –No creo que acepte todavía, pero por supuesto que lo hará. Es una gran oportunidad.-Por supuesto. -Repetí. Por qué iba Dimitri a despreciar la oportunidad de ser guardián de una amiga y de tener un bebé? Creo que mi mamá dijo algo más después de eso, pero no la escuché. No escuché nada. Me quedé pensando en Dimitri abandonando la Academia, abandonándome a mi. Pensé en la manera en que él y Tasha habían mejorado su relación. Y después de esos recuerdos, mi imaginación empezó a crear futuras escenas. Tasha y Dimitri juntos. Tocándose. Besándose. Desnudos. Otras cosas…-Estoy cansada.Mi mamá terminó su oración. No tenía ni idea de lo que había estado diciendo antes de que la interrumpiera.-Estoy realmente cansada. Repetí. Pude oír el vacío de mi propia voz. Vacía. Sin emoción. –Gracias por el ojo...um, cosa, pero si no te importa...Mi mamá me miró sorprendida, sus rasgos abiertos y confundidos. Luego, así como así, su fría pared de profesionalismo volvió a su lugar. Hasta ese momento, no me había dado cuenta de cuanto tiempo la había dejado fuera. Por un breve momento, ella se había hecho vulnerable conmigo. Esa vulnerabilidad ahora se había ido.-Claro- ella dijo aburridamente. –No quiero molestarte.Quería decirle que no era así. Quería decirle que no la estaba echando por ninguna razón personal. Y quería decirle que deseaba que fuera la amable, amorosa y comprensiva madre de la que siempre se oía hablar, una en la cual poder confiar. Hasta quizá poder ser una madre con la cual poder discutir sobre mi vida amorosa. Dios. Desearía poder decirle a alguien sobre eso, en realidad. Especialmente en este momento.Pero estaba demasiado atrapada en mi drama personal como para decir ninguna palabra.Sentía como si alguien me hubiera arrancado el corazón y lo hubiera lanzado al otro extremo de la habitación. Había un agonizante y caliente dolor en mi pecho, y no tenía idea de cómo podría llenarse alguna vez. Había una cosa que aceptar, no podía tener a Dimitri.No le dije nada más a mi madre, debido a que mis capacidades de hablar ya no existían. La furia centellaba en sus ojos, y sus labios se habían alargado en esa tirante expresión de disgusto que ella utilizaba muy a menudo. Sin más palabra, se dio media vuelta y se marchó, golpeando la puerta tras ella. Golpear la puerta era algo que yo también hubiera hecho, en realidad. Supuse que sí compartíamos algunos genes. Pero me olvidé de ella casi inmediatamente. Sólo me quedé sentada pensando. Pensando e imaginando.Pasé el resto del día haciendo un poco más que eso. Me salté la cena. Solté algunas lágrimas. Pero el mayor tiempo lo pasé sentada en mi cama pensando y poniéndome cada vez más y más deprimida. También descubrí que la única cosa peor que imaginar a Dimitri y Tasha juntos era recordar cuando estábamos juntos. Él nunca me tocaría de nuevo de esa manera, nunca me besaría otra vez...
Estas fueron las peores Navidades de mi vida.

lunes, 20 de abril de 2009

Capítulo 7 Traducido por Jen

Irritada empujé las puertas que conducían al dormitorio de los Moroi. La nieve se arremolinó detrás de mí y algunas personas me observaron mientras entraba. No me sorprendió que varios de ellos me mirasen dos veces. Tragando fuertemente, me obligué a no reaccionar. Todo estaría bien. No tenía por que enloquecer. Los novatos nos heríamos todo el tiempo. Lo raro era no mancarse. Tengo que reconocer que esto era más evidente que la mayoría de las lesiones, pero podría vivir con ella hasta que se curase, ¿verdad? Y no era como si alguien supiese como me lo había hecho.

"Ey Rose, es cierto que tu madre te golpeó?" Me congelé. Reconocería esa voz de soprano en cualquier lugar. Girándome lentamente, miré a los profundos ojos azules de Mia Rinaldi. Rizado cabello rubio enmarcaba su rostro que sería lindo si no tuviese esa maliciosa sonrisa. Un año más joven que yo, Mia se había confrontado con Lissa (y conmigo por defecto) en una guerra para ver quien podía arrasar con la vida de la otra más rápido - una guerra, debo añadir que ella comenzó. Le había robado el ex-novio de Lissa - a pesar de que Lissa finalmente había decidido que no lo quería - y había difundido todo tipo de rumores. Lo admito, el odio de Mia no era injustificadado. El hermano mayor de Lissa, André - que murió en el mismo accidente de coche que técnicamente me "mato" – había utilizado a Mia cuando ella era una estudiante de primer año. Si no fuese por que ahora era una zorra, sentiría lástima por ella. El había actuado incorrectamente, y aunque podía entender su rabia, no creo que sea justo que lo pague con Lissa, tal y como ella hizo.
Lissa y yo técnicamente al final habíamos ganado la guerra, pero Mia inexplicablemente había conseguido volver a la cima. No andaba con la misma élite que andaba antes, pero había construido un pequeño contingente de amigos. Maliciosos o no, los líderes fuertes siempre atraen seguidores. Descubrí, que el 90% de las veces, la respuesta más eficaz era ignorarla. Pero había terminado de cruzar el otro 10% porque era imposible ignorar a alguien que le estaba anunciando a todo el mundo que tu madre te había golpeado - incluso si eso era cierto. Dejé de caminar y me giré. Mia se detuvo cerca de una máquina expendedora, a sabiendas de que había llamado mi atención. No me preocupé en preguntar cómo sabía que mi madre me había dejado un ojo morado. Las cosas raramente se quedaban en secreto por aquí. Cuando vio mi cara, sus ojos crecieron con deleite.

"Vaya. Hablando de una cara que sólo una madre podría amar". Ha. Que bueno. Se fuese alguna otra persona le hubiese aplaudido la broma.

"Bueno, tu eres una especialista en lesiones en la cara", le dije. "¿Cómo está tu nariz?" La helada sonrisa de Mia se torció un poco, pero no se dio por vencida.
Le había roto la nariz hace un mes- en el baile de entre todos los sitios posibles, - y aunque la nariz ya se había curado, ahora estaba un poco torcida. La Cirugía Plástica probablemente se lo hubiese arreglado, pero según tenía entendido con el poco dinero que tenía su familia, de momento eso no era posible.
"Está mejor", respondió con remilgo. "Afortunadamente, me lo rompió una perra psicótica, y no alguien de la familia. " Le di mi mejor sonrisa psicótica.
"Qué mal. La familia te puede golpear por accidente. Las perras psicóticas tienden a volver por más." Amenazarla con violencia física suele ser una buena táctica con ella, pero teníamos muchas personas a nuestro alrededor como para ser una preocupación legítima para ella. Y Mia lo sabía. No es que no atacase a alguien en esas condiciones - diablos, yo hacia eso muchas veces - pero estaba intentando mantener mi palabra de intentar controlar mis impulsos.

"A mí no me parece un accidente", dijo. "¿No tenéis normas que prohíben golpear en la cara? Quiero decir, eso parece realmente fuera de las fronteras." Abrí la boca para responderle, pero nada salió. Tenía razón. Mi lesión era fuera de las fronteras; en este tipo de combate, no se puede golpear por encima del cuello. Esto era muy por encima de la línea prohibitiva.
Mia vio mi vacilación, y era como si el mañana de Navidad hubiese llegado una semana antes para ella. Hasta ese momento, creo que nunca antes en nuestra relación antagónica me había dejado sin palabras.
"Niñas", dijo una áspera voz femenina. La Moroi que atendía la recepción nos lanzó una mirada penetrante. "Esto es un pasillo no una sala. Decídanse, o entren o salgan".

Por un segundo, romperle la nariz a Mia de nuevo parecía la mejor idea del mundo - al infierno con la detención o suspensión. Después de respirar profundamente, decidí que irme era lo correcto. Fui hasta las escaleras y subí hasta las habitaciones de las niñas.
Por encima de mi hombro, oí lo que me decía Mia, "No te preocupes, Rose. Desaparecerá. Además, a los chicos no es tu cara lo que les interesa."
Treinta segundos más tarde, golpeé la puerta de Lissa con tanta fuerza que me sorprendió que mi muñeca no hubiese roto la madera. Abrió lentamente mirando alrededor. "¿Fuiste tu? Pensé que era un ejército de - Oh Dios mío."
Sus cejas se elevaron cuando vio mi cara. "¿Qué pasó?"
"¿No lo has oído? Debes de ser la única de la academia que no lo sabe", me quejé. "Déjame entrar y te cuento".
Acostándome en su cama, le conté todo lo que había pasado. Se horrorizó."Escuché que te habías herido pero pensé que era sólo una de las cosas normales," dijo.
Miré al techo, sintiéndome miserable. "La peor parte es que Mia tenía razón. No fue un accidente."
"¿Estás diciendo que tu madre lo hizo a propósito?" Cuando no le respondí, la voz de Lissa se llenó de incredulidad.
"Vamos, ella no haría eso. De ninguna manera. "
"¿Por qué? Porque ella es la perfecta Janine Hathaway, maestra en controlar su temperamento? A veces, también es la perfecta Janine Hathaway, maestro de la lucha y del control de sus acciones. De una manera u otra, se equivocó. "

"Sí, bueno," dijo Lissa, "Creo que tropezar y perder la fuerza es más probable que de que lo hiciera a propósito. Tendría que perder la calma de verdad para hacerlo a propósito."

"Bueno, ella estaba hablando conmigo. Eso es suficiente para que cualquiera pierda la paciencia. Y yo la acusé de acostarse con mi padre porque era una buena opción evolutiva."

"Rose", murmuró Lissa. "Creo que olvidaste contarme eso. Porque le dijiste eso? "

"Por que probablemente sea cierto".

"Pero tendrías que haber sabido que eso la irritaría. Porque la provocaste?. Porque no puedes hacer las paces con ella? "

Me senté. "Hacer las paces con ella? Me puso un ojo morado. Probablemente a propósito. ¿Cómo puedo hacer las paces con alguien así? "
Lissa sólo negó con la cabeza y caminó hasta el espejo para mirar su maquillaje. Los sentimientos a través de nuestra conexión eran de frustración y exasperación. Vacilando en el fondo tenía un poco de anticipación, también.

Ahora que ya le había contado todo, tuve la paciencia necesaria para examinarla. Llevaba una blusa de seda morada y una falda negra que le llegaba hasta las rodillas. Su pelo largo tenía una perfección que sólo se conseguía con horas de dedicado trabajo con el secador y cepillo.

"Estás estupenda. ¿Qué sucede? " Sus sentimientos cambiaron un poco, su irritación conmigo disminuyó.
“ Después voy a quedar con Christian". Durante varios minutos, me había sentido como en los viejos tiempos, solamente Lissa y yo. Sólo nosotras, quedando y hablando. Al mencionar a Christian, así como la compresión de que ella me dejaría pronto para ir con el, provocó sentimientos negros en mi pecho... sentimientos que tenía que admitir a regañadientes que eran celos. Naturalmente, no le dije nada.

"Vaya ¿Y que hizo para que te prepares así? Rescató huérfanos de un edificio en llamas? Si lo hizo, mejor asegúrate de que no fue él el que prendió las llamas." El elemento de Christian es el fuego. Estaba de acuerdo ya que era el más destructivo. Riendo, se volvió del espejo y tocó suavemente mi cara hinchada con sus dedos. Sonrió suavemente.
"No está tan mal."
"Lo que sea. Sabes, puedo saber cuando estás mintiendo. Y la Dr. Olendzki dijo que mañana estaría peor." Me acosté en la cama. "Probablemente no haya en el mundo maquillaje suficiente para ocultarlo, no crees? Tasha y yo tendremos que invertir en algún tipo de máscaras al estilo del fantasma de la ópera. "
Suspiró y se sentó en la cama, cerca de mí. "Es una pena que no pueda curarte".
Sonreí. "Eso sería agradable".

La coacción y su carisma obtenidos por el Espíritu eran geniales, pero en verdad, curar era su habilidad mas increíble. La cantidad de cosas que podía hacer es sorprendente. Lissa también estaba pensando en lo que el Espíritu podía hacer.
"Me gustaría que hubiese otra forma de controlar el Espíritu... una forma que me permitiese usar magia..."
"Sí", le dije.
Comprendía su deseo de hacer grandes cosas y ayudar a las personas. Irradiaba de ella. Bueno, y también quería que mi ojo sanase al instante y no que le llevase días. "Yo también lo deseo."
Ella suspiró de nuevo. "Hay más del justo deseo de curar y hacer otras cosas con el Espíritu. Yo también, bueno, echo de menos la magia. Aún está ahí, pero simplemente bloqueada por las píldoras. Me está quemando por dentro. Ella me quiere y yo la quiero. Pero hay una pared entre nosotras. No puedes imaginarlo".

"En realidad si puedo." Era verdad. Junto con tener una idea general de sus sentimientos, a veces podía “entrar en ella". Es difícil de explicar y aún más difícil de soportar. Cuando esto sucedía, yo podía ver, literalmente, lo que ella veía y sentir lo que ella sentía. En esos momentos, era ella. Muchas veces, si estaba en su cabeza cuando ella deseaba la magia, podía sentir ese deseo del que estaba hablando. A menudo se despertaba de noche, deseando el poder que no podía soportar.
"Oh, es verdad", dijo con tristeza. "A veces lo olvido."
Un sentimiento de amargura creció en ella. No se dirigía hacia mí, sino a su situación. La ira apareció en su interior. No le gustaba sentirse indefensa. La ira y la frustración se convirtieron en algo más oscuro y feo, algo que no me gustaba.
"Oye", le dije, tocando su brazo ella. "¿Estás bien?"
Rápidamente cerró los ojos, y los abrió. "Es que odio eso". La intensidad de sus sentimientos me recordó nuestra conversación, la que habíamos tenido antes de que me fuera a la casa de los Badica.
"¿Sigues sintiendo que las píldoras no te hacen efecto? "
"No sé. Un poco. "
"Es cada vez peor?" Negó con la cabeza.
"No. Todavía no puedo usar magia. Me siento más cerca de ella… pero sigue estando bloqueada. "
"Pero todavía... tus estados de ánimo... "
"Es... están actuando. No te preocupes", dijo, al ver mi cara. "No estoy viendo cosas o tratando de lastimarme".
Excelente." Estaba feliz de escuchar eso, pero aún estaba preocupada. Incluso si no podía usar magia, no me gustaba la idea de que su estado mental no estaba bien de nuevo. Desesperadamente, esperaba que la situación se estabilizará por si sola.
"Estoy aquí ", le dije suavemente, sosteniendo su mirada. "Si algo raro sucede... solo tienes que decírmelo, ¿de acuerdo? " A medida que esos sentimientos oscuros desaparecían de ella, sentí una extraña onda en la conexión. No podía explicar lo que era, pero temblé con fuerza. Lissa no lo había notado.
Se animó de nuevo, y me sonrió. "Gracias", dijo. "Lo haré".
Sonreí, feliz de verla regresar a la normalidad. Nos quedamos en silencio, y por un breve momento, quería contarle lo que pasaba en mi mente.
Últimamente tenía tantas cosas en la cabeza: mi madre, Dimitri, y la casa de los Badica. Estaba bloqueando esos sentimientos dentro de mí, y me estaban matando. Ahora, me sentía tan a gusto con Lissa por primera vez en tanto tiempo, que finalmente sentí que podía hablar con ella sobre mis sentimientos. Antes de que pudiera abrir mi boca, sentí cambiar sus pensamientos.

Estaba nerviosa y ansiosa. Había algo que quería contarme, algo en lo que había estado pensando. Y ahí se fue mi oportunidad de desahogarme. Si ella quería hablar, yo no la molestaría con mis problemas, los dejé de lado y esperé que hablase.
"He encontrado algo en mi búsqueda con la Sra. Carmack. Algo extraño ... "
"Oh?" Pregunté. Los Moroi normalmente adquieren su especialización durante la adolescencia. Después de eso, son colocados en clases especializadas para cada elemento. Pero como era la única usuaria de Espíritu por el momento, Lissa no tenía una clase a la que unirse. La mayoría de la gente creía que no se había especializado en nada, pero ella y la Sra. Carmack – la profesora de magia de la San Vladimir - se reunían para aprender lo que podían sobre el Espíritu. Buscaban en los registros nuevos y antiguos, en busca de pistas que les guiasen hasta otros usuarios del Espíritu, ahora que ya sabían que algunas de las marcas: la incapacidad de especializarse, inestabilidad mental, etc.
"No encontré ningún usuario del Espíritu, pero encontré informes..., de, unos, fenómenos inexplicables".
Parpadeé sorprendida. "¿Qué tipo de cosas?" Pregunté, reflexionando sobre lo que se podría llamar "fenómeno inexplicable" para los vampiros. Cuando ella y yo habíamos vivido con los humanos, nosotras seríamos fenómenos inexplicables para ellos.
"Hay varios informes... pero, no se, leí acerca de un hombre que podía hacer que la gente viese cosas que no estaban allí. Podía hacer creer a la gente que estaban viendo monstruos u otras personas y cosas así.
"Esta puede ser una coacción".
"Coacción realmente poderosa. Yo no podría hacer eso, y soy fuerte - o lo era – más que cualquier otro que conozcamos. Y ese poder viene de utilizar el Espíritu... "
"Entonces," terminé ", crees que ese ilusionista también es un usuario del Espíritu". Se mostró de acuerdo. "¿Por qué no habláis con él y lo averiguáis?"
"Por qué no tenemos información al respecto, es secreto. Y hay otras cosas extrañas. Como alguien que puede drenar físicamente a otros. Las personas que estaban a su lado se debilitan y pierden toda su fuerza. Pierden el conocimiento. Y había otra persona que podía detener objetos en el aire después de lanzarlos." La emoción iluminó sus rasgos.
"Podría ser un usuario de aire," mencioné.
"Tal vez", dijo. Podía sentir la curiosidad y la emoción a través de ella. Ella quería creer con desesperación que había otros que también eran usuarios de Espíritu. Sonreí.
"¿Quién sabe? Los Moroi tienen su propio Roswell - y también un área 51. Es sorprendente que no me estén estudiando para entender nuestra conexión". El humor especulativo de Lissa se convirtió en provocación.
"Algunas veces me gustaría poder leer tu mente. Me gustaría saber lo que sientes por Mason. "
"Él es mi amigo” dije muy seria y sorprendida por el cambio brusco de tema. "Sólo eso". "Acostumbrabas ligar - y hacer otras cosas - con un cualquier chico que caía en tus manos. " "Ey!" dije, ofendida. "No era tan mala."
"Ok. Tal vez no. Pero no pareces tan interesada en los chicos. "
Si que estaba interesado en los chicos - bueno, un chico.
"Mason es muy bueno", continuó. "Y está loco por ti".
"Si, lo está," Estuve de acuerdo. Pensé en Mason, en los breves momentos en que pensé que era sexy cuando estábamos en la clase de Stan. Además, Mason era muy divertido, y nos llevábamos muy bien. Él no era una mala opción.
"Sois muy parecidos. Y los dos hacéis cosas que no deberíais. "
Me reí. Eso también era cierto. Recordé la fuerte voluntad de Mason, de acabar con todos los Strigoi del mundo. Puede que yo no este preparada para eso - a pesar de mi explosión en el coche – pero aún así compartía algún de sus descuidos. Quizás es hora de darle una oportunidad, pensé. Bromear con el era muy divertido, y hacia mucho tiempo que no besaba a alguien. Dimitri hacia que mi corazón se descontrolase... pero, bueno, no es como si sucediese algo más. Lissa me miró de forma evaluatoria, como si supiese que estaba pensando - así, fuera el tema de Dimitri.
"Le oí decir a Meredith que eras una idiota para no salir con él. Ella dice que es porque piensas que eres demasiado buena para él".
"¿Qué! Eso no es cierto".
"Oye, yo no dije eso. De todos modos, dice que está pensando ir detrás de él".
"Mason y Meredith?" Me burlé. "Sería un desastre. No tienen nada en común. " Era mezquino, pero me había acostumbrado a tener a Mason siempre mirándome. De repente, la idea de que el mirase a otra me disgustó.
"Eres posesiva", dijo Lissa, adivinando mis pensamientos de nuevo. No me extrañó que a ella le molestase tanto que leyera sus pensamientos. "Sólo un poco."
Se rió. "Rose, aunque no sea con Mason, deberías comenzar a salir de nuevo. Hay muchas chicos que matarían por salir contigo - chicos que son legales." No siempre había elegido la mejor opción cuando se trataba de hombres. Otra vez, me inundó la voluntad de hablarle de mis problemas.
Durante mucho tiempo había tenido muchas dudas acerca de contarle lo que sentía por Dimitri. Estar ahora con ella, me recordó que ella era mi mejor amiga. Podría contárselo todo, y ella no me juzgaría. Pero al igual que antes, perdí la oportunidad de contarle todo lo que estaba pasando por mi mente. Ella miró su despertador y se levantó de repente de la cama.
"Voy a llegar tarde! Tengo que reunirme con Christian!" La felicidad la llenó, con una nerviosa anticipación. Amor. ¿Qué podría hacer? Tragué de nuevo los celos que comenzaron a crecer en mi mente. Una vez más, Christian la alejaba de mí. Esta noche no sería capaz de contárselo.
Lissa y yo salimos de la habitación, y ella prácticamente salió corriendo, prometiendo que mañana hablaríamos. Caminé de vuelta a mi dormitorio. Cuando llegué a mi habitación, me puse delante del espejo y observé mi cara. Una marca roja me rodeaba el ojo. Hablar con Lissa, casi me hizo olvidar el incidente con mi madre. Deteniéndome para dar un vistazo más de cerca, me miré fijamente. Tal vez fuese egoísta, pero sabía que me veía bien. Usaba una talla grande de sujetador y tenía un cuerpo muy deseado en una escuela donde la mayoría de las chicas eran delgadas como súper modelos. Y como había notado, mi cara también era bonita. En un día normal, aquí yo era un 9 - 10 en uno de mis mejores días. Pero hoy? Si. Casi estaba en números negativos.
No estaría perfecta para el viaje de esquí. "Mi madre me golpeó," le conté a mi reflejo. Quien me miró con compresión. Con un suspiro, decidí que era mejor preparado para acostarme. No tenía nada más que hacer, tal vez unas horas de sueño extra apurasen el proceso de curación. Fui al baño, me lavé la cara y me cepillé el pelo. Cuando regresé a mi habitación, me puse uno de mis pijamas favoritos. La suave tela me animó. Estaba preparando mi mochila para mañana, cuando de repente una ola de emociones me inundó a través de la conexión con Lissa.
Me agarró desprevenida y no me dio oportunidad de resistirme. Era como ser derrumbada por la fuerza de un huracán, y de repente ya no estaba viendo mi mochila.
Estaba "dentro" de Lissa, experimentando su mundo de primera mano. Y fue ahí cuando las cosas se pusieron embarazosas. Por qué estaba Lissa con Christian.
Y las cosas estaban... calientes.